Oihana Llorente Periodista
Una taza de chocolate para la señora Barcina
Centros comerciales colmados de gente, personas obstinadas y acomplejadas con su aspecto físico, relaciones a distancia basadas en el chat o diversión ante la videoconsola. Toda una oferta de ocio y entretenimiento.
En este país donde los macroconciertos llevan nombre de entidad bancaria o donde un bólido de Red Bull puede campar a sus anchas llevando a cabo, incluso, un encierro sanferminero, no se puede repartir de manera gratuita chocolate caliente. La Policía Municipal de Iruñea no parece tener mejor cosa que hacer que amargar la tarde a los niños y niñas iruindarras; y es que, el pasado viernes, mientras disfrutaban de una tarde plena de entretenimiento en la plaza San Francisco a manos de Iruñerria Piztera Goaz, los jóvenes encargados de la merienda fueron retenidos por la Policía Municipal. Tras sentenciar que no iban a pasar «toda la tarde detrás del chocolate», lo desecharon y devolvieron el recipiente vacío, para alegría de los niños. Pero ¿qué ingrediente del chocolate no sería del gusto de la señora Barcina?
En los tiempos que corren, que una cuadrila de jóvenes pase toda la tarde montando hinchables, pintando la cara a los críos o preparando chocolate sin ánimo de lucro es una actividad que Barcina no llega a entender. Como tampoco comprende que lejos de alquilar, a un precio módico, un local para jugar a la play, prefieran construir, con el sudor de su frente y haciendo frente a un sinfín de escollos, un espacio abierto a la ciudadanía y, en especial, a la juventud. Un espacio donde el compromiso por el medio ambiente va más allá de una moda pasajera y la cultura es despojada del capital.
Para desgracia de Barcina, son cientos los jóvenes que no dejarán de preparar chocolate con la única recompensa que la sonrisa de una niña, que no pararán de organizar fiestas populares y que, en definitiva, no cesarán en su empeño de construir una sociedad más justa
Un consejo, señora Barcina, ante tanta insensatez tómese una taza de chocolate caliente, a ver si logra endulzarse.