Todos los años en Marcilla se realiza el Campeonato Mundial de Lanzamiento de Azada, evento deportivo-recreativo que suele concitar gran interés informativo. Los organizadores de la prueba denominan a la azada «la rabiosa». Las reglas del juego son tan simples como el funcionamiento de la propia herramienta agraria: se trata de lanzar la azada lo más lejos posible.

La escalada verbal entre UPN y PP parece una nueva modalidad de ese juego, en su vertiente intelectual, donde el objetivo consiste en ver quién hace una afrenta mayor, una acusación que roce el insulto y escueza al contrario, el mismo que hasta ayer era considerado casi un hermano de sangre. Miguel Sanz y Jaime Ignacio Del Burgo han quedado finalistas esta semana en esa competición. Ayer, paradójicamente, los contendientes se centraron en realizar acusaciones mutuas de egocentrismo, disciplina que ambos dominan y en la que es difícil señalar un favorito claro.

Más allá de lo irónico de la situación, no conviene perder más tiempo del debido en esta pelea de gallos. Ya lo dicen los banqueros, los tiempos de crisis abren nuevas oportunidades.