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Copa Fiesta en Barakaldo

La valentía del Portugalete dignifica la eliminatoria

El Valencia se tomó muy en serio a su rival y, de la mano de Edu y Pablo, mostró su superioridad.

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PORTUGALETE 1

VALENCIA 4

Arnaitz GORRITI | BARAKALDO

La fiesta del fútbol se apoderó ayer noche del estadio de Lasesarre, en un desigual choque entre el Portugalete y el Valencia en el que el apartado deportivo fue lo menos importante. La ilusión y el arrojo de los locales dignificaron el duelo, sobre todo cuando Urko Vera marcaba el único gol vizcaino. Ya desde la presentación, con las gradas de Lasesarre en pie, se veía que la fría noche de ayer tenía un punto cálido.

Salió mandón el conjunto che, sin dejarse intimidar por una hinchada que arengaba a los suyos al grito de «¡Portu!, ¡Portu!». Unai Emery no quería dejar nada a la improvisación y, de la mano de Edu, comenzó a mover el balón buscando sañudamente las bandas, con la idea de encontrar el agujero en la defensa jarrillera.

Sin embargo, el Portugalete quiso jugar de tú a tú, ejercer de local. Urko Vera vio cómo Ximo le robaba la cartera cuando se plantaba solo ante Guaita. De morir, había que hacerlo con las botas puestas.

Claro, tamaña osadía se paga si delante está en líder de Primera y el vigente campeón de Copa. Una gran jugada entre Edu y Pablo Hernández la culminó Morientes, batiendo a Macías en su salida. Era el minuto diez y lo que nadie quería llegaba demasiado pronto.

Los de Javier Bermúdez trataron de presionar al Valencia con la ayuda de Lasesarre, pero el resultado no pudo ser peor. Morientes marcó un gol que anuló Pérez Burrull por fuera de juego. En el minuto 21, después de robar un balón a Vidal tras el saque de una falta, los de Emery hilvanaron una contra de libro que culminó Vicente de un tiro raso. Punto final. A partir de ahí, pese al aluvión de ocasiones levantinas, como el corte de Merino que, en su afán de parar el jugadón «maradoniano» de Pablo, a punto estuvo de marcar en propia puerta, el marcador no se movió. Fueron los mejores minutos de los de Emery. El sueño se diluía, pero la fiesta seguía intacta.

Un clímax demasiado breve

Y se necesitaba un clímax digno con un gol. Llegó con la reanudación. Vera cabeceó como mandan los cánones un centro de Asensio. Lasesarre se caía y los más soñadores veían la voltereta.

Pero no había caso. Hugo Viana se la jugó dos minutos después y regalaba el segundo gol de Morientes. Fin del espejismo. A partir del 1-3, el Valencia se gustó y sólo hubo un gol más, obra de Zigic, pero la goleada pudo haber sido de escandalo. ¿Y qué? Había que intentarlo.

 

aplausos

La derrota abultada del cuadro jarrillero no supuso reproche alguno por parte de la afición que pobló Lasesarre. Cuando el colegiado decretó el final, el club portugalujo fue despedido entre aplausos.

«Le debemos una al público»

Un poco triste y resignado, pero con el semblante relajado, el técnico portugalujo Javier Bermúdez aceptó con toda naturalidad la superioridad che. Pero su manifestación más significativa fue hacia el público de Lasesarre. «Hay que darle las gracias. Les debemos una».

«Ellos nos han ganado jugando a medio gas. Bueno, hasta el 0-2 se han empleado a fondo. A partir de ahí, que han visto que tenían el partido encarrilado, han jugado mucho más tranquilos».

Con los pies bien plantados sobre la tierra, el entrenador del Portugalete relativizaba al máximo el significado del 1-4 adverso. «Mi próximo partido es el de liga frente al Zarautz; ése es el que yo, y mi equipo, debemos ganar. Ahí, si marcamos algún gol, me alegraré, y si marcamos dos más, pues mejor que mejor. Hoy -por ayer- le metimos un gol al Valencia, pero no deja de ser un lance más del juego», explicó el técnico vizcaino.

Por otro lado, Bermúdez tuvo una pequeña queja sobre la imposibilidad de jugar en La Florida. «De haber jugado ahí, el partido sería distinto. Con tanto espacio y con jugadores de calidad, ya se ve lo que han hecho», terminó.

Por su parte, Unai Emery fue todo un caballero respecto al Portugalete. El técnico de Hondarribia reconoció que el club jarrillero fue «un rival digno que nos ha puesto en problemas. Hemos jugado siempre respetando al rival». Preguntado acerca del nivel mostrado por la escuadra gualdinegra, Emery quiso dedicarse a su equipo, pero confesó que parte de su victoria se debía a la exigencia del rival.

«Hemos hecho nuestro partido sin relajarnos, ya que ante nosotros hemos tenido a un contrario que ha mostrado buen nivel y que ha tenido sus buenas oportunidades. Por ello, nos hemos visto obligado a hacer un buen partido para ganarles», reconoció. A. G.

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