Irala presidirá la Caja de Ahorros de Euskadi a la que BBK aporta un 60%
Los consejos de administración de BBK y Kutxa pusieron ayer en marcha el proceso de fusión aprobando el proyecto para constituir la Caja de Ahorros de Euskadi, abierta a una integración posterior de Caja Vital. Sin embargo, al proyecto aún le falta un voto más de apoyo en la asamblea de Kutxa. El presidente de BBK, Xabier Irala, será el presidente provisional de la nueva caja, que tendrá su sede en Bilbo.GARA |
Los consejos de administración de BBK y Kutxa aprobaron ayer la fusión de ambas para constituir la Caja de Ahorros de Euskadi (Euskadiko Aurrezki Kutxa), que queda abierta a la integración de Caja Vital, «cuando sus órganos de gobierno consideren oportuno». No obstante, el paso dado por ambas entidades apremia a la caja alavesa a adoptar alguna medida a riesgo de tener que competir en solitario con una nueva y mayor caja de ahorros. Hasta ahora sus dirigentes han rechazado incorporarse en una segunda fase.
El acuerdo deberá ser refrendado por las asambleas generales extraordinarias de ambas entidades, que se convocarán a finales de noviembre o a primeros de diciembre.
El proceso de fusión, según la información remitida a la Comisión española del Mercado de Valores, se formalizará por la extinción de las dos sociedades existentes y la formación de una nueva, la Euskadiko Aurrezki Kutxa, a la que se transmitirán «sin liquidación y a título universal, la totalidad de los derechos, expectativas, acciones, obligaciones, responsabilidades y cargas de ambas entidades».
En Donostia, la obra social
La nueva sociedad tendrá su domicilio social en Bilbo. La sede de la capital vizcaina estará orientada a la actividad económico financiera, mientras que la de Donostia se centrará en la actividad social. Las entidades fundadoras de las dos cajas (ayuntamientos y diputaciones) tendrán una participación paritaria en los órganos de gobierno de la nueva caja. La aportación de la BBK a la nueva entidad será del 60% y la de la Kutxa del 40%, porcentajes calculados «en función de los activos totales consolidados, solvencia en términos de patrimonio neto consolidado, rentabilidad en términos de beneficio neto atribuido al grupo y obra social, en términos de aportación anual a la misma». El acuerdo establece un compromiso de inversión en obra social del 30% del beneficio anual. La obra social será gestionada por una Fundación con sede en Donostia. Durante el periodo transitorio, los órganos de gobierno de la nueva caja estarán constituidos por una Asamblea General, un Consejo de Administración, una Comisión Ejecutiva y una Comisión de Control integrados por los miembros correspondientes de las cajas fusionadas.
El presidente de la actual BBK, Xabier Irala, actuará provisionalmente como presidente de la nueva entidad, y el de la Kutxa, Xabier Iturbe, actuará como vicepresidente. El presidente definitivo se elegirá en la primera Asamblea General de la nueva entidad, que se desarrollaría en 2009. La fusión «a dos» no hará precisa una modificación de la Ley de Cajas, una premisa a la que sí obligaría una integración que incluyera a la Caja Vital. El informe elaborado por BBK y Kutxa sobre la fusión subraya la complementariedad de las respectivas redes de oficinas, lo que hará el proceso de integración «menos traumático». La mitad de las oficinas de la nueva caja están en Euskal Herria y en la CAV suponen el 19% del total de entidades. Madrid, Catalunya y Comunidad Valenciana son las principales zonas de implantación fuera del territorio vasco.
Las cajas calculan que, tras la fusión de dos entidades de tamaño similar, «se pueden obtener sinergias del 15% del beneficio recurrente». En cuanto a los costes que acarrea la adaptación de sistemas o la reordenación de plantillas, reconocen que serán importantes, pero «no superarán el doble del importe de las sinergias obtenidas en un año» y, en todo caso, quedarían amortizados dos años después de finalizar la fusión.
Los objetivos estratégicos de la nueva caja serán el resultado de los planes desarrollados hasta ahora por las dos entidades y comprenden la vocación de liderazgo en Bizkaia y Gipuzkoa, el apoyo al desarrollo industrial y de las pymes, la colaboración con las administraciones públicas y una posible expansión internacional. La integración de las plantillas partirá de la renuncia a «medidas traumáticas como expedientes de regulación de empleo, traslados forzosos o extinción de contratos por causas técnicas, económicas, organizativas o de producción».
La nueva caja tendría 5.284 empleados, de los cuales 2.513 procederían de BBK y 2.771 de Kutxa. Durante los dos próximos años se trabajará en un proceso de homologación de condiciones laborales teniendo en cuenta los actuales convenios. Las entidades aseguran que las condiciones de los trabajadores adscritos a la actividad financiera estarán vigentes hasta 2010. También se daría continuidad a la Obra Social, que BBK dotó con 82,2 millones de euros con cargo a los resultados de 2007 y Kutxa con 54,1 millones.
Rechazos
Representantes de la Caja Vital se remitieron a las declaraciones del presidente de la entidad, Gregorio Rojo, el pasado setiembre, en las que aseguró que la fusión entre BBK y Kutxa sería «una auténtica irresponsabilidad que supondría, de facto, romper en dos el modelo financiero del país».
En esa ocasión, rechazó que deje abierto un futuro enganche para la Vital, ya que en ese caso «no estaríamos hablando de una integración, sino de una simple y llana absorción. Caja Vital no podría entrar de monaguillo en un planteamiento ya cerrado y decidido entre dos».
El secretario general del PP, Iñaki Oyarzabal, expresó el rechazo de su partido a la fusión de BBK y Kutxa por entender que responde al «interés del PNV por controlar un instrumento financiero de grandes dimensiones», y negó que existan diferencias de opinión sobre este asunto dentro de las distintas organizaciones territoriales del PP.
El Ayuntamiento de Irun, por su parte, aprobó una moción del PSE, apoyada por el PP, en la que se opone a la fusión a dos, que considera una «absorción».
Ugazabak segurtasun neurriak betetzen ez dituela-eta, Angeluko BlueBay Import enpresako langileek «arriskuan» egiten dutela lan salatu zuen atzo LABek, eta exijitu, bide batez, langileei zor dizkien soldatak «berehala ordaindu ditzala».
Las entidades calculan que la fusión producirá sinergias que pueden aportar el 15% del beneficio y costes que el primer año no supondrán más del doble de las sinergias y podrán amortizarse dos años después de finalizar el proceso.
La nueva Caja de Ahorros de Euskadi sería la tercera entidad de su género en el Estado español por beneficios y patrimonio neto y la sexta por activos totales, según el informe elaborado por los consejos de administración de BBK y Kutxa. Además, contará con destacadas participaciones industriales: Iberdrola (7,2%), CAF (17%), Banco Guipuzcoano (24,5%), Euskaltel (56,1%), Petronor (14%), Enagas (5%) o Red Eléctrica (2,2%), entre otras. La nueva caja sumaría, según el informe, unos activos totales de 49.943 millones de euros, un beneficio de 523 millones y un patrimonio neto de 7.434 millones de euros. Por número de empleados, 5.284, sería la sexta, y por cifra de sucursales, 753, la décima.
Según ambas entidades, la fusión permitirá a la nueva caja alcanzar una mayor dimensión con la que compensar estrechamientos de márgenes, obtener sinergias de costes, que permitan una mejora de la eficiencia operativa, diversificar riesgos y acceder a fórmulas de financiación o de inversión restringidas para entidades de menor tamaño. Algo que juzgan especialmente importante en un momento caracterizado por las dificultades para el acceso a los mercados de financiación y el incremento de la morosidad.
El informe considera que «la reactivación del proceso de fusión de cajas en el Estado español es sólo una cuestión de tiempo, por lo que las entidades que sean capaces de tomar la delantera y liderar este proceso habrán adquirido una fundamental ventaja competitiva en un momento especialmente delicado».
El visto bueno de las asambleas a la fusión está garantizado en el caso de BBK, con el acuerdo de PNV, EA y CCOO, aunque no en Kutxa, en la que faltaría un único voto para poder dar luz verde al proyecto. La fusión requiere el apoyo de dos tercios de los compromisarios que asistan a las asambleas, es decir, que 67 de ellos tendrían que respaldarla si la asistencia es total. La asamblea de Kutxa está integrada por 51 representantes de PNV y EA, 18 del PSE, 9 de CCOO, 8 de Banatuz, 3 del PP, 3 de EB, 3 de la izquierda abertzale, 2 del colectivo Pixkanaka, 1 de Aralar, 1 de ELA y 1 de LAB. Los votos a favor de PNV, EA y CCOO, a los que se podrían sumar los de Pixkanaka y los de EB y Aralar -que aún no han hecho pública su postura- sumarían 66. La dirección de Kutxa dispone de cerca de un mes para buscar ese voto que falta antes de que se celebre la asamblea. Este trámite es imprescindible para poner en marcha la nueva entidad, que empezaría a funcionar con el nuevo año.
La nueva entidad renuncia a reducciones de plantilla, expedientes de regulación de empleo y traslados forzosos. El proceso de homologación de condiciones laborales de los 5.284 empleados durará dos años.