El presidente ruso, Dmitri Medvedev, recibió ayer al líder libio, Muammar el Gadafi, en su residencia de Mein Dorf, a las afueras de Moscú. Esta es su primera visita a Rusia desde la caída de la Unión Soviética. La última vez que estuvo ahí fue en 1985.

Uno de los puntos centrales de este viaje será la apertura en Libia de una base naval rusa. Hoy ambos dirigentes mantendrán una reunión oficial en la que abordarán «el desarrollo de las relaciones bilaterales» e intercambiarán «opiniones sobre problemas regionales de mutuo interés». En particular, hablarán de la situación en Oriente Medio, Irak y del programa nuclear iraní, así como de la cooperación en el marco de la ONU.

Según el diario ruso «Vremia Novostéi», que cita fuentes libias, «está prevista la firma de un acuerdo sobre el uso de la energía nuclear con fines pacíficos», mientras representantes de la industria militar rusa señalan que Trípoli negocia importantes compras de armas.

En abril, Rusia condonó la deuda libia de 4.600 millones de dólares con la Unión Soviética por compra de armas a cambio de la firma de nuevos contratos con Moscú.