A escasas horas de que se convoquen oficialmente las elecciones en Québec, Daniel Turp se muestra convencido de que su formación obtendrá un respaldo mayoritario en las urnas. Para ello cuenta con la referencia de que el pasado mes de octubre el Parti Québécois cosechó 49 de los 75 escaños que ocupan los representantes de Québec en la Cámara federal. Aunque en estos momentos su objetivo primordial no sea adentrarse en un nuevo proceso de referendo, está convencido de que llegará y, además, de que el bloque del sí será el vencedor.

Ahora que se adentran en la campaña electoral, ¿su formación empleará el elemento del referéndum? ¿Y cómo valoran los referendos de 1980 y 1995?

Básicamente será necesario un tercer referéndum si se quiere llegar a la independencia, pero de momento lo que se ha puesto de lado es la propia mecánica; la fecha, la fórmula... Esto de momento no es lo que importa. Un día se llegará a esto, cuando se vea que los resultados sean favorables. Se planteará el referéndum para ganarlo. El Tribunal Supremo fijó que los quebequenses tienen derecho a decidir su porvenir, así que cuando decidan que es la hora de pasar a un nuevo referéndum se hará, porque es un derecho que reconoce el Gobierno federal. No comprendemos por qué el Estado español no acepta un proceso democrático. El País Vasco, como Galiza y Catalunya, deben tener derecho a la autodeterminación.

¿Considera que su modelo de consulta popular es homologable en otros lugares como puede ser Euskal Herria?

El referéndum que hubo aquí fue todo un modelo de democracia y de participación, con un 95%. Aquí se elaboró una ley sobre consultas populares con una reglas muy estrictas en cuanto al gasto que puede hacer cada uno de los bloques; se formó un comité nacional a favor del sí y otro comité a favor del no. Cada uno tenía derecho a la misma cantidad de dinero; estaba muy vigilado para que cada bloque tuviera las mismas opciones. Y como con el dinero, el resto de elementos que conformaron el referéndum también debía ser equitativo.

Pero para convocar un nuevo referendo, que de hacerlo lo harían sólo ustedes, deberían llegar al Gobierno, ¿no?

Exacto. Lo primero que se necesita es que ganemos las elecciones y lleguemos al Gobierno, porque es el Ejecutivo el que tiene esa potestad. El referendo lo convoca el Gobierno de Québec. Lo que está claro es que si hubiera otro referendo y el sí ganase por el 50% más uno, entonces el resultado sería efectivo; sería una mayoría clara. Preferiríamos que fuese una victoria con un mayor respaldo, pero con el 50% más uno sería suficiente.

El partido liberal les criticó por la falta de claridad de la pregunta en la consulta de 1995 y el partido de Acción Democratica apunta a que va a descender el respaldo al independentismo.

Nosotros no lo creemos así. Consideramos que Acción Democratica dará un bajón en estas elecciones, y que los que suban sean los contrapuestos. Es decir, un partido federalista y otro independentista. Consideramos que podemos ganar las elecciones. Y no hay más que ver los comicios de octubre, donde el Parti Québécois cosechó 49 de los 75 escaños que ocupan los representantes de Québec en la Cámara federal.

Los adversarios siempre han dicho que los independentistas éramos historia, que íbamos a desaparecer, pero no hay mas que ver las elecciones al Parlamento federal. Tanto para los vascos como los escoceses y otros pueblos, la independencia es una manera de ser en un mundo globalizado, para proteger su lengua, su cultura... Ocurre que una sociedad con unos valores, una cultura, una lengua propios se encuentra dentro de un Estado que es diferente. Y que, además, no lo acepta. Y cuando ese Estado no quiere dar la autonomía que esa nación reclama, no queda otro camino que la independencia.

Dentro de la expectativa del referéndum, ¿su partido qué plantea y cómo trabaja hacia los pueblos autóctonos, los indios americanos?

La Asamblea Nacional reconoció que las naciones autóctonas son naciones, y en caso de que el referéndum se hubiera ganado y Québec se formase como país, nuestro partido prometió a las naciones autóctonas una autonomía tan grande como la que nosotros mismos queremos de Canadá.

Hay algunos jefes de las naciones autóctonas que apoyaron al Parti Québécois en las últimas elecciones.