Maite SOROA | msoroa@gara.net
Ya empiezan a pensar en la reconciliación
Tras consumarse la ruptura de la coalición del requeté en Nafarroa, los pensadores de la cosa ya empiezan a rumiar cómo pueden volver las aguas a su cauce y evitar un futuro desastre electoral. Que una cosa es jugar a cabreados y otra pegarle fuego al caserío, vienen a decir.
El editorialista de «Abc» lo tenía claro ayer: «El paso dado por la dirección popular demuestra que no hay vuelta atrás en la reimplantación del PP en Navarra y que las consecuencias del apoyo socialista al Gobierno de Sanz han sido realmente destructivas». En plan duro, el tío.
En cualquier caso, tampoco renunciaba a contemplar la romántica escena de la reconciliación, aunque, eso sí, con otras condiciones: «El futuro puede deparar nuevas fórmulas de acuerdo con UPN, pero aun cuando éstas se produzcan, la existencia del PP navarro debería quedar garantizada».
Y para que las cosas no vayan a mayores, el editorialista monárquico elevaba sus plegarias: «ya que ahora es inevitable este desdoblamiento del centro-derecha navarro, al menos PP y UPN deberían evitar declaraciones o gestos que hagan más profunda la brecha que los separa». O sea, cabreo sí pero de pegarle candela al chaparral, nada de nada.
Y Tonia Etxarri, en «El Correo Español», dejaba claro el origen de la trifulca: «Desde que UPN en Navarra ganó las elecciones forales con una mayoría insuficiente (42%) y necesitó el apoyo de la tercera fuerza política de la comunidad (el partido socialista), empezó a perfilarse la operación de distanciamiento del partido de obediencia nacional», lo que, sin duda, «ha terminado provocando una ruptura de incalculables consecuencias electorales».
Y como es eso, precisamente, lo que se trata de evitar a toda costa, advierte que «los platos rotos, cuando pase un tiempo y vuelvan a poner sobre una balanza los males y los remedios, deberán recomponerse». Y es que, por encima de todo, «PP y UPN tendrán que volver a recorrer el camino juntos. Un reto más plausible si la alcaldesa Yolanda Barcina se lo toma en serio». Ya ven cómo están las cosas.