El primer ministro británico, Gordon Brown, vivió ayer su primera victoria electoral desde que asumió el poder en junio de 2007, después de que los laboristas hayan sido capaces de mantener el escaño de la circunscripción escocesa de Glenro- thes en las elecciones parciales celebradas el jueves, en las que los sondeos daban la victoria al gobernante SNP.

Tras el varapalo sufrido en julio en Glasgow Este, donde perdió la mayoría de más de 13.500 votos, el laborismo temía la cita del jueves, pero el laborista Lindsay Rob obtuvo 6.737 sufragios más que el candidato del independentista SNP, Peter Grant, que parecía estar cerca de arrebatar el escaño a los laboristas. Rob obtuvo 19.946 votos, frente a los 13.209 de Grant.

Esta circunscripción está cerca de la de Brown, Kirkcaldy y Cowdenbeath, y la votación era vista como una prueba del apoyo del electorado a la gestión del «premier» británico, que en las últimas semanas ha conseguido repuntar en las encuestas de opinión gracias a su gestión de la actual crisis financiera global.

El primer ministro logró invertir la tendencia y ha puesto fin al encadenamiento de cuatro derrotas, tantas como convocatorias electorales desde que llegara al 10 de Downing Street, entre ellas, las locales del 1 de mayo, cuando no sólo vio cómo los suyos entregaban Londres a los conservadores, sino que quedaban relegados como ter- cera fuerza política.

Voto de confianza

Gordon Brown señaló ayer que este resultado electoral supone un voto de confianza hacia el Gobierno británico por la forma en que ha respondido ante la desaceleración económica. «Lo que he aprendido de esta elección parcial es que la gente está dispuesta a apoyar a gobiernos que ayudan a la gente ante esta desaceleración y está menos dispuesta a apoyar a gente que no tiene ni idea sobre cómo resolver los problemas que tenemos», dijo.