La pésima situación del Athletic ha convertido los próximos partidos en citas de vital importancia, tanto para el propio equipo como para su entrenador.

El conjunto rojiblanco ha solventado la parte más dura del calendario sin haber sumado un solo punto. Una circunstancia que, aisladamente, no habría tenido, quizá, mayores consecuencias, pero que, en realidad, se une a los malos resultados que había cosechado el Athletic en las jornadas precedentes, ante rivales de bastante menor entidad. La consecuencia es que la escuadra bilbaína ocupa la penúltima plaza de la clasificación, que la desesperanza se ha adueñado de la mayor parte del entorno y que Joaquín Caparrós parece vivir su momento más delicado desde que llegó al banquillo del Athletic.

Tras la derrota del pasado sábado frente al Villarreal, de hecho, no tardaron en escucharse rumores sobre una posible destitución del utrerano o, al menos, de un ultimátum, explícito o no, que pasaría por estas dos próximas jornadas, en las que el Athletic debe vérselas con Mallorca y Osasuna. Dos malos resultados podrían acabar con Caparrós en la calle aunque, evidentemente, nada se ha dicho desde el club al respecto.

El único gesto público, de hecho, fue de signo opuesto y tuvo lugar ayer, cuando Fernando García Macua se personó en Lezama para transmitir su confianza al técnico, por medio de una charla llevada a cabo sobre el mismo campo de entrenamiento y bien a la vista, por tanto, de todos los presentes.

Curiosamente, fueron los jugadores los que no se enteraron de lo sucedido, ya que el presidente rojiblanco subió al terreno de juego cuando buena parte de la plantilla se había ido ya a vestuarios. «Me acabo de enterar de que ha venido -reconoció posteriormente Joseba Etxeberria en sala de prensa-, con nosotros no ha estado».

«Supongo que habrá sido por cualquier otra cuestión porque ha habido otros momentos en los que ha venido con la mentalidad de trasladar esa confianza que la Junta tiene en todos nosotros», explicó. El capitán rojiblanco, además, aseguró que, pese a los rumores que se puedan haber escuchado, la plantilla «no ve» que Joaquín Caparrós esté cuestionado y subrayó que el entrenador andaluz «tiene el cien por cien de la confianza» de sus futbolistas.

«En los momentos críticos es evidente que las miradas vayan más enfocadas al entrenador -admitió-, pero nosotros no vemos que esté cuestionado. Por el bien de todos, esperemos que el domingo todo salga bien y ganemos en Mallorca».

De maldición a bálsamo

En definitiva, que no hay nada como las victorias, aunque, evidentemente, el Athletic necesita más de una para aliviar su crítica situación. Pero Etxeberria cree que la primera es la más importante y por eso se mostró «convencido» de que, en caso de ganar en el Ono Estadi, «el lunes, con ocho puntos, la situación cambiaría, sobre todo a nivel anímico. Cortaríamos una racha muy mala y la sensación sería diferente».

«Vivimos una situación incómoda por la falta de puntos -prosiguió- y ahora tenemos una oportunidad muy buena para sumar tres. Será complicado, pero las urgencias mandan y sabemos que ganando la situación cambiaría mucho. El equipo recuperaría mucha confianza y, además, sería un punto de partida importante para los próximos encuentros».

Lo cierto es que, en los últimos tiempos, Mallorca ha pasado de ser una isla maldita para el Athletic a propiciar bálsamos de la mejor calidad en momentos de necesidad para el equipo bilbaino. Hace dos años, con la soga al cuello prácticamente desde que comenzó la Liga y Javier Clemente ya en el banquillo, los rojiblancos lograron un triunfo vital para su posterior salvación.

La historia se repitió una campaña después, ya con Mané en el banquillo del Athletic, cuando otra victoria en Son Moix supuso uno de los pocos respiros que tuvo el equipo bilbaino a lo largo de la temporada. Incluso el pasado año, aunque no pasaron del empate inicial, los rojiblancos saldaron en positivo su visita a una isla otrora maldita.