Asevero: un chiste no es un insuperable gesto de racismo, pero ayuda a crear un espacio mental que contribuye a ello. Berlusconi es un chistoso y dice que Barack Obama es muy joven y está muy bronceado. Esta misma broma aparece en una intervención parlamentaria en el parlamento andaluz, refiriéndose al rey de los rayos uva, «campeón» Arenas del PP andaluz. Un triunfo electoral de estas características provoca una creciente y asfixiante obamamanía, y casi todo se va referir a esta figura emergente, que es auténticamente histórica. Los rastros del pensamiento racista anidan en la profundidad de la genética social y educacional. Alerta con gracias y babeos en el lenguaje que dejan pistas muy turbias sobre supremacías raciales.

Terminado el sermón, pasemos al apartado de curiosidades. En un noticiario televisivo de una cadena mexicana dedican casi un cuarto de hora a tratar asuntos relacionados con el tráfico y la seguridad vial. Accidentes, imprudencias, legislaciones, infracciones. Es una suerte de campaña de concienciación en donde se maridan las recomendaciones con la información televisiva y hasta le trabajo de investigación. Nos parece loable el intento. Entre otras razones porque son minutos televisivos muy trepidantes, porque tienen un gran valor didáctico, ayudan a señalar comportamientos tomados por habituales pero que son un riesgo tanto para los conductores protagonistas como para el resto de los que comparten las vías de circulación.

Lo que nos deja absolutamente rayados es que apareció un denominado «Reportero sin rostro», vestido con terno y corbata, como el resto de presentadores, pero con la cara enmascarada con una de esas caretas que usan los practicantes de lucha libre. Su tono no era paródico, no se detectaba ningún tipo de distanciamiento, sino al contrario, servía para poder ofrecernos, como hizo, un reportaje con cámaras ocultas en donde denunciaba la falta de rigor en el cumplimiento de los requisitos de especialización y seguridad que marca la ley en los transportes escolares. Nos sorprendió la parte de espectáculo, pero su trabajo era muy bueno como denuncia de una situación tan sensible.