Lo que era un rumor cobra cada vez mayores visos de realidad. La vida de la trainera unificada de Donostia corre el riesgo de ser mucho más efímera de lo deseado. El motivo de la crisis, las habituales desavenencias entre Arraun Lagunak y Ur-Kirolak a la hora de gestionar el proyecto. En esta ocasión, la manzana de la discordia es la identidad del entrenador.

El penúltimo paso hacia la disolución lo dio ayer la Junta de Gobierno del Ayuntamiento donostiarra, que decidió suspender el convenio por el cual se comprometía a subvencionar con 125.000 euros anuales a la sociedad Kaiarriba, encargada de gestionar la embarcación Donostiarra y conformada al 50% por ambos clubes. Desde el Consistorio se achaca el bloqueo a la postura de Ur-Kirolak. Así, el concejal de Deportes, Jon Lasa, pidió a este club que «recapacite» y que no «castigue» a la ciudad con la pérdida de una embarcación en la ARC-1.

Al parecer, debido a las continuas discrepancias internas, el Ayuntamiento de la capital guipuzcoana ha propuesto una «refundación», que vendría a ser la creación de un nuevo club con su propia junta directiva, lo que impediría la existencia de dos partes diferenciadas y en ocasiones contrapuestas a la hora de tomar decisiones.

Ur-Kirolak tiene prevista para el día 16 una asamblea en la que se podría tomar una decisión definitiva. De ello dependerá que en la próxima temporada haya una única trainera donostiarra en la Liga ARC-1 o dos embarcaciones en la ARC-2. Sin descartar cualquier otra opción.