Testimonio de una guerra silenciada
Nombres en clave y seudónimos, primeros planos para no delatar localizaciones, guerrilleros movilizados y civiles desplazados... sufrimiento y solidaridad a partes iguales. Un pueblo en lucha contra toda la maquinaria de guerra de un poderoso Estado y contra los intereses geopolíticos de las grandes potencias mundiales. La lucha de un pueblo paria donde los haya, Kurdistán. Hoy y mañana GARA trae a sus páginas el testimonio recogido por el periodista vasco Karlos Zurutuza sobre la situación de la resistencia en Kurdistán, la nación sin estado más grande del mundo. Tras la entrega de hoy, mañana aparecerá publicada una entrevista con Bozan Tekin, comandante en jefe del PKK, la guerrilla kurda que desde los montes de Kandil hace frente a la enésima ofensiva militar del Estado turco.
La política de tierra quemada liderada por Turquía cuenta con el apoyo de EEUU y con el silencio cómplice de los Estados europeos. La cuestión kurda está fuera de la agenda internacional, a pesar de que en aquel territorio se han cometido algunas de las mayores y más flagrantes violaciones de derechos humanos de la historia reciente. Ahora, además, las presiones norteamericanas sobre el Gobierno autónomo kurdo en el norte de Irak han surtido efecto y estos han ido abandonando progresivamente a sus connacionales a su suerte. Una suerte incierta. Los bombardeos ilegales y secretos a uno y otro lado de la frontera entre Turquía e Irak hacen aún más dura las condiciones de vida en las montañas, tanto para los guerrilleros como especialmente para la población civil de la zona.
Turquía es un enclave estratégico entre oriente y occidente, una potencia regional aliada de EEUU, que históricamente le ha ofrecido carta blanca. Las diferentes administraciones norteamericanas no sólo han armado al Ejercito turco, sino que han tejido un manto de silencio sobre la situación kurda. Un manto que sólo la solidaridad y el compromiso con la verdad y la justicia pueden ayudar a desmantelar.