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Alivio final en Son Moix

Casta y fe para rescatar un punto que parecía perdido

Los rojiblancos, con un espléndido Fernando Llorente, lograron empatar en el descuento de un partido que nunca merecieron perder. La efectividad local y Medina Cantalejo complicaron el trabajo de los vizcainos.

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MALLORCA 3

ATHLETIC 3

Beñat ZARRABEITIA | BILBO

Los efusivos abrazos de la mayoría de futbolistas del Athletic a la conclusión del encuentro de Son Moix reflejaron bien a las claras el estado por el que pasa el conjunto rojiblanco. Los leones, que además cortaron la pésima racha de cinco derrotas consecutivas en Liga, son conscientes de que no les espera un curso fácil y el punto de ayer supo a gloria. El desarrollo del partido, yendo prácticamente todo el rato a remolque, invitó a la desesperanza para un equipo que lo intentó todo para puntuar. El premio, sin embargo, llegó en el descuento a través de una acción de fe de Fernando Llorente, sin discusión futbolista del Athletic más atinado durante la tarde de ayer.

El punto rearma de moral al vestuario y salva la cabeza del entrenador, pero tampoco alimenta en demasía al enfermo en lo que a la clasificación respecta. Los vizcainos continúan en los puestos de descenso y se aprestan a vivir un derbi -con el previo paso copero por Huelva- que se antoja clave para el caminar de los únicos conjuntos vascos del campeonato.

El Athletic encontró en la segunda mitad del choque de ayer la senda para ir sacando la cabeza. Es curioso y evidentemente resultadista el análisis, ya que tanto las crónicas como las declaraciones de los protagonistas hubieran tenido otro tono de confirmarse una derrota que no hubiera sido nada justa. Arango demostró su inmensa calidad con dos zurdazos espectaculares, Medina Cantalejo se tragó el silbato en un par de ocasiones y al Athletic se le aparecieron los fantasmas. Afortunadamente, en una demostración de casta de unos futbolistas que sin duda conforman el vestuario más comprometido de Primera, volvieron a sacar su amor propio. Vélez redujo distancias con el exterior y, sobre la bocina, Llorente empató tras un error de Lux. Curioso, ya que el delantero nacido en Iruñea generó opciones más claras, pero se encontró con un premio muy merecido en el momento menos esperado. Cosas que ocurren cuando hablamos de uno de los nueves más trascendentes en el juego de su equipo.

Fue el colofón de un partido intenso y emocionante. La primera mitad estuvo marcada por el ritmo que le dio Jurado al juego. El gaditano fue una incordio para un frío Athletic y de sus botas nacieron las mejores opciones locales, entre ellas, el golazo de Santana. La primera ocasión para los rojiblancos llegó a los 25 minutos, pero el remate de Llorente se fue fuera por poco. Acto seguido, el portero rojiblanco se tuvo que emplear a fondo para detener un gran chut de Varela y suspiró ante un remate de Aduriz que se fue alto. En ese toma y daca, el omnipresente Jurado sacó un cabezazo de Llorente en la línea de gol.

La pelea constante del «nueve»

El marcaje sobre la principal arma ofensiva del Athletic bordea el límite y ayer no fue una excepción. Para evitar que llegase, Ramis le empujó y utilizó la mano para evitar el remate. Medina pitó la pena máxima e Iraola la transformó con calidad.

A la vuelta del descanso, Caparrós sacó a Yeste y le dio libertad de movimientos en el centro del campo. El sistema varió a un 4-5-1 que permitió una mejor salida y control del balón por parte de los rojiblancos. La primera opción fue un chut de Gabilondo. Pero, fue el Mallorca quien marcó. Una buena jugada colectiva concluyó con un zurdazo de Arango tras dejada de Aduriz.

El venezolano acalló así los pitos que tuvo que escuchar en Son Moix. El Athletic no se amilanó. Caparrós introdujo a Vélez y Lux tuvo que emplearse a fondo para detener un remate de Llorente. En la prolongación de la jugada, el delantero fue claramente derribado en el área. Tampoco acertó el árbitro al anular un gol al nueve del Athletic o no expulsar a Arango y Corrales por sendas agresiones.

Ambos fueron protagonistas, junto con Aduriz, del tercer gol local. Centro del lateral, nueva dejada del donostiarra y chut de Arango. Todo parecía perdido, pero el Athletic sacó casta para empatar el choque. La derrota hubiera sido demasiado castigo.

Para Caparrós «hubiera sido injusto perder y volvernos a casa con cara de bobos»

Sensación agridulce entre los protagonistas rojiblancos que pasaron ayer por la sala de prensa de Son Moix. Por un lado, el hecho de haber arañado un punto que tenía todos los visos de escaparse provocó una gran satisfacción entre los leones, pero todos tuvieron la impresión de que el empate tenía que haber llegado antes por los méritos que habían acumulado a lo largo de la contienda en la isla.

Joaquín Caparrós reconoció sentir «alivio» por la igualada, pero mostró su «rabia porque no nos hemos llevado los tres puntos. Creo que hemos hecho un buen partido, quitando los primeros 25 minutos». Debido a esa buena labor, para el sevillano «hubiera sido injusto el perder e irnos a casa con cara de bobos una vez más». La recuperación de sus pupilos en el tramo final fue una de las cuestiones que más valoró ante los medios. «Hay que tener en cuenta que un equipo que está en la cola, que llevaba cinco partidos consecutivos perdiendo haya reaccionado para conseguir el empate».

Entre los jugadores, el más destacado fue Fernando Llorente. En sus palabras, «estamos muy contentos por el final, después de todas las ocasiones que he tenido y de los penaltis que me han hecho, no podía marcharme de aquí sin marcar». Un tanto «que necesitaba, tenía una rabia dentro que me hacía falta marcar».

Pese a que admitió que «el empate no nos solucionada nada», enfatizó en que «el equipo está vivo, aunque necesitamos arreglar algunas cositas atrás».

Finalmente, Aduriz dijo «haber sentido una sensación rara porque he jugado contra gente con la que he compartido muchísimo. El grupo que tiene el Athletic es una maravilla, de escándalo». B.Z.

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