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El G-20 plantea reformar el sistema financiero sin medidas concretas

Los países del G-20 concluyeron su reunión preparatoria de la cumbre de Washington con un consenso sobre la necesidad de enfrentar la crisis internacional de manera conjunta y de otorgar más peso a las economías emergentes en instituciones internacionales, pero sin propuestas concretas sobre la regulación de los mercados financieros. Explicaron que las decisiones pueden tardar aún tres meses.

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Los países integrantes del G-20 anunciaron que adoptarán «todas las medidas necesarias» para restaurar la estabilidad de las economías afectadas por la tormenta financiera y minimizar el riesgo de una nueva crisis, y señalaron que el Fondo Monetario Internacional (FMI), debe jugar un «papel dirigente en esa tarea».

Precisamente, los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de los veinte países afirmaron la necesidad de una «profunda reforma de las instituciones de Bretton Woods» para que «las economías emergentes cuenten con mayor voz y representación». Estas instituciones, el FMI y el Banco Mundial, fueron creadas tras la II Guerra Mundial y reflejan el dominio de Estados Unidos y Europa.

La mayoría de los emergentes considera que el G-20 debe tener un papel más importante en las acciones a tomar ante la crisis, frente al exclusivo club del G-7, que representa a los más ricos. Sin embargo, reconocieron que no será tarea fácil porque «hay resistencia de países avanzados en el pequeño club del G-7 porque no quieren perder posiciones», según el ministro brasileño de Finanzas, Guido Mantega, quien, no obstante, destacó que el Estado francés, hablando en nombre de la UE, mostró en Sao Paulo mayor disposición a esa apertura.

La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, subrayó la necesidad absoluta, a corto plazo, de restablecer los circuitos financieros. así como de incluir a las economías emergentes en ese proceso. «Estamos ante una crisis global y por lo tanto se requiere una respuesta global», afirmó, por su parte, el secretario de Finanzas del Tesoro de Gran Bretaña, Stephen Timms.

El ministro de Finanzas de Sudáfrica, Trevor Manuel, se refirió al G-7 como un «club pequeño» y enfatizó que «los emergentes deben ser parte de la solución». Según Mantega, el G-20 salió de Sao Paulo reforzado para ejercer la función de coordinador mundial de las acciones contra la crisis.

El G-20 está formado por los países del G-7 (EEUU, Canadá, Japón, Alemania, Gran Bretaña, Italia y Estado francés), además de Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Rusia, Sudáfrica y Turquía, más la Unión Europea como bloque.

Sin propuestas concretas

Sobre las propuestas que se esperaban para la cumbre de gobernantes que se celebrará el próximo sábado en Washington, Mantega dijo que «es difícil entrar en detalles». «Vamos a desarrollar a lo largo de la semana una agenda de propuestas para llevar a la reunión de Washington», señaló el ministro brasileño. Agregó que esa cita de jefes de Estado o de Gobierno tendrá el poder político para definir una «propuesta ambiciosa» de cambios en la regulación de los mercados y en la reforma de los organismos multilaterales, pero aclaró que las decisiones pueden tardar «uno, dos o tres meses». Un plazo que dará tiempo a Estados Unidos para poner en marcha la nueva adminsitración bajo la presidencia de Barack Obama.

Aun así, subrayó que «la crisis no puede esperar y vamos a tener que cambiar la rueda del coche con el coche en movimiento». Mantega anotó que «hay material suficiente para un avance en las propuestas de regulación» de los mercados y mencionó la «total concordancia» en la necesidad de que cada país adopte «políticas anti-cíclicas (fiscales y monetarias) de acuerdo a sus posibilidades para enfrentar la crisis».

obama, incómodo

El ministro brasileño Guido Mantega restó importancia a la posible ausencia del presidente electo de EEUU, Barack Obama, en la cumbre del G-20 en Washington y dijo que de coincidir con George W. Bush se crearía una situación «incómoda, pues la presencia de uno le quitaría legitimidad de poder al otro».

FMI

El director del FMI, Dominique Strauss-Kahn, pidió a los jefes de Estado del G-20 repensar la regulación financiera mundial, con un rol preponderante para la institución que dirige. Propone que la regulación siga incumbiendo a los Estados, cuya acción supervisaría luego el FMI.

Lagarde cree que los cambios en el FMI pueden revitalizarlo

La ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, abogó por que el G-20, que reúne a las principales economías del mundo entre ricos y emergentes, saque del «letargo» al FMI, que «ha estado adormecido en los últimos años y su presencia en muchos aspectos de la economía mundial no ha sido necesaria». Lagarde, que representó a la UE en la cita de Sao Paulo, dijo que el FMI vuelve a ser necesario a pesar de su «vieja y ortodoxa» política que todavía es apoyada «por uno o dos» miembros del G-20 a los que no citó. La ministra criticó la actuación «imperialista que tuvo en el pasado» el FMI, pero destacó que el consenso generalizado para replantear la orientación del organismo puede fortalecer a esa institución. Por su parte, David McCormick, subsecretario de Asuntos Internacionales del Departamento del Tesoro de EEUU, afirmó que la cumbre había preparado el terreno para importantes cambios en la regulación financiera, de los que dijo alegrarse. Eludió las preguntas sobre la responsabilidad de EEUU en la crisis y añadió que no se habló de sustituir al G-7 por el G-20. «No he oído a nadie rechazar al G-7. He oído hablar de una mayor importancia del G-20», indicó. GARA

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