44 edición de la Behobia-Donostia
Chema Martínez logra su cuarta victoria por delante de 13.928 atletas
Chema Martínez y Ana Casares, ambos de 37 años, fueron los vencedores de una 44ª edición luminosa, calurosa y ventosa. El madrileño cumplió pronósticos y la navarra destacó entre las populares. La jornada, ideal para aficionados y acompañantes fieles a la cita anual, fue algo más exigente para los casi 14.000 atletas que hicieron uso de su dorsal.
Miren SÁENZ | DONOSTIA
Chema Martínez encabezó una Behobia con 13.928 atletas en la línea de salida para lograr su cuarta victoria consecutiva, algo inédito. El que fuera campeón europeo de 10.000 metros se encuentra ahora a un triunfo de los pentacampeones masculinos de la popular vasca, Alberto Juzdado y Alfonso Álvarez Valera, que ayer regresaron a Donostia para intentar disfrutar corriendo entre las masas.
El madrileño firmó en la 44 edición la novena mejor marca en la historia de la prueba (1.00:31), pero esos segundos de más no le permitieron acceder al cuarteto que ha bajado de la hora integrado por Juzdado, Rugut, Rotich y Diego García. Tampoco le dejaron acercarse al exigente récord de su paisano (59.19 desde 1996), aunque le proporcionaran su cuarto trofeo-farola con su mejor marca personal en el Boulevard.
El atleta de Nike descubrió la carrera en 2005. «Fue como un romance, lo digo ahora que mi mujer no me escucha -aseguraba en su presencia-. Siempre que pueda voy a venir a correr», insistió. Durante las tres ediciones que la firma deportiva a la que pertenece figuró como el principal patrocinador cumplió el compromiso con su club.
Ayer, con el equipaje de la competencia, volvió a ganar solo, por detrás del coche de apertura cuyo reloj no funcionó. Se lo tomó en serio, quería atacar el récord de Juzdado y se esforzó desde el primer metro. Se distanció de Kamel Ziani y terminó pagando la factura en forma de flato. «Entre el kilómetro 12 y el 14 he bajado el ritmo y el récord se ha resentido. Pegaba el viento y necesitaba algo de confianza, así que me conformo con la txapela y la farola», dijo contento.
El C.D. Fortuna rompió por él una norma, la de no pagar fijos, tras llegar a un acuerdo económico con el atleta para que éste pudiera participar. «Es un caso especial. Chema es uno de los mejores atletas y de las mejores personas que ha pasado por la Behobia y él estaba empeñado en venir. Lo quería hacer gratis, pero lo hemos tenido que negociar con su representante, que tenía otras ofertas. Hemos hecho una concesión pero por una cantidad muy inferior a su caché», admitió Enrique Cifuentes, presidente del Fortuna.
Por detrás, Ziani, consciente del estado de forma del ganador, que el 7 de diciembre tiene cita en el maratón de Fukuoka, se dedicó a hacer su carrera y le bastó para ser segundo mientras Julio Rey, el atleta aportado por Adidas, sólo pudo ser quinto. Ziani repitió segundo puesto y como siempre que acude fue el primer guipuzcoano. Además de seguir acumulando trofeos «Diego García», las enormes cestas de fruta con las que se premiaba a los mejores le cayeron por partida doble. El oriotarra disfrutó de la soledad durante la mayor parte de los 20 kilómetros de trayecto y agradeció los miles de ánimos dedicados desde el primero al último.
Reencuentro en Berlín
Martínez, Ziani y Rey han coincidido en el pasado en algún Europeo e incluso en algún Mundial y aspiran a reencontrarse en un futuro cercano -Berlín'2008- pero en Donostia se quedaron sin compartir podio. El gaditano Guillermo Arnedo, afincado en Bilbo, ocupó el tercer puesto. A diferencia de Rey ya había corrido aquí y con anterioridad también había disfrutado del podio. El toledano, plusmarquista español de maratón con 2.06:51 y subcampeón mundial de esa distancia en París'2003, nunca estuvo en la pomada. Salía de una lesión de isquiotibiales y dos semanas de entrenamiento no hacen milagros. Rey quiso mostrarse positivo: «Lo más importante es que la lesión no me ha molestado. Esto ha sido un punto de partida. He disfrutado porque me han animado pese a que estaba en segundo plano, y eso no pasa en otros sitios, pero voy a remontar el vuelo», aseguró.
La navarra Ana Casares, que compagina el triatlón con el atletismo, se proclamó campeona. Licenciada en IVEF y curtida en el ironman, fue la única mujer con una marca de cierto nivel. Acudió acompañada de su familia y disfrutó del podio al que subió junto a sus dos hijos. La atleta de Hiru Herri prepara el maratón de Donostia y regresó a la cita una década después para encontrarla distinta. Entonces corrió en 1:22 y ayer en 1:13 largos. Tras descubrir por la prensa la ausencia de figuras femeninas llegó a pensar en su victoria y acertó complacida.
Las sillas de ruedas abrieron la Behobia 35 minutos antes de la salida masiva. Entonces el termómetro no sobrepasaba los 11 grados, aunque después la temperatura calentara, incluso demasiado, para los atletas que salieron a pie. El francés Julien Casoli, vencedor el pasado año y medalla de bronce con el relevo 4x400 metros en los Juegos Paralímpicos de Beijing, como Chema no tuvo rival en su categoría, pero le sobró algo más de medio minuto para acercarse al récord que Joel Jeannot estableció en 2003 (46.42).
Casoli se quedó sin los 1.000 euros que incentivaban la plusmarca pero encabezó un podio muy internacional integrado además por el portugués Alberto Baptista y el francés Ali Mehiaoui, que celebró su entrada en meta haciendo piruetas en la silla. Los cinco primeros bajaron holgadamente de la hora, no así José Antonio Iglesias, sexto y primer vasco, que concluyó en 1:03.54.
Los números
De los 16.300 inscritos comparecieron en la línea de salida 13.928 y alcanzaron la meta 13.826. Las bajas de última hora fueron aún más numerosas que las 2.000 de 2007. Desde la organización se volvió a recalcar este aspecto con normalidad.
La víspera en el cubo pequeño del Kursaal, en el marco de la la Feria del Corredor entre camisetas y pulsómetros o propuestas para analizar tu pisada y recomendarte las zapatillas perfectas, dos ordenadores hacían cambios de nombres en los dorsales. «Hubo cola todo el día y unas 300 personas que accedieron a dorsal, pero no se ha podido evitar ese 15% de desfase. Es normal si te apuntas en mayo y se celebra en noviembre», reconoció Cifuentes. Lo ve igual Andreu Ballde, de la empresa Champion chips y encargado del control en citas multitudinarias como la San Silvestre Vallecana con 25.000 participantes. «En las carreras en las que te apuntas con tanta antelación es un fenómeno habitual».
Cada uno de los casi 14.000 atletas participantes vivió la prueba a su manera. Reinvidicativos, en las aceras o en el interior, con zuecos de madera, chaleco y txapela, aún hay quien se disfraza de torero o como Igor se viste de bailarina de ballet para correr.
La Cruz Roja trabajó a destajo para atender a 166 personas, dos de las cuales fueron trasladadas con pronóstico reservado a centros sanitarios. El resto acusó síntomas de agotamiento, desvanecimientos, deshidrataciones y tirones. La cifra se acercó bastante a los 180 registrados en 2002, una edición fatídica.
Unas 300 personas pudieron no respetar el lugar de salida asignado en función del color de su dorsal, según descubrieron los encargados del chip. Por otra parte, la Behobia Txiki reunió a 600 participantes, 400 en infantiles y 200 alevines.