«Trabajar en Cuba fue un reto y una apuesta para nosotros»
Llegaron a Cuba en 1993, en pleno Periodo Especial, y comenzaron a trabajar en una oficina comercial en La Habana. En la actualidad facturan tres millones y medio de euros anuales fabricando tornillos.
J.M. ARRUGAETA |
Jesús Basterra conoce bien Cuba, sabe de los retos y dificultades de trabajar en el mercado cubano, pero también de las satisfacciones cuando los proyectos se convierten en realidades. GARA conversó con él aprovechando la Feria de La Habana, para que nos explicara una experiencia concreta de la empresa vasca en este país caribeño.
Tengo entendido que ustedes son una cooperativa industrial
Si, Panelfisa es una cooperativa que nació en 1993 como respuesta a un abandono empresarial. Radica enTolosa y de las 35 personas que inicialmente apostaron por la continuidad de la empresa somos 84 trabajadores en estos momentos. Hemos sido capaces de afianzar un proyecto, y pasar a una fase de expansión internacional.
Ustedes sólo fabrican tornillos ¿Ese no es un producto muy limitado?
Nosotros hicimos un análisis y a partir de eso una apuesta estratégica, queríamos ser los mejores dentro de lo que producimos y, frente a las importa- ciones baratas de tornillería estandar del sudeste asiático, decidimos, primero, centrarnos en una producción especial bajo plano y, segundo, dedicarnos a las dos ramas puntas de esta demanda, la industria automotriz y sus auxiliares, y los electrodomésticos o línea blanca.
¿Y cómo llegaron a Cuba?
Cuba en realidad no es un hecho aislado sino consecuencia de la estrategia a la que me refiero, es decir, que teníamos que diversificar nuestros mercados. Sabíamos que había producciones nuestras que llegaban a Cuba mediante terceros, y vinimos personalmente a ver qué posibilidades había de comercializar directamente.
¿Cómo fue esa experiencia inicial en un mercado tan particular?
La verdad es que llegamos en un momento muy difícil, en 1993. Cuba estaba en medio del llamado Periodo Especial, con una crisis económica muy fuerte. Hicimos contacto con el Ministerio de la Sidero-Mecánica (SIME), lo que sería en Euskadi el Ministerio de Industria, visitaron nuestra empresa en Tolosa y, a partir de ese intercambio, nos propusieron constituir una empresa de capital mixto vasco-cubano para operar en Cuba, ese fue el nacimiento de Tor-Panel SA. Instalamos una oficina comercial en La Habana y empezamos a trabajar.
Dicho así parece sencillo
Bueno claro, todo lo nuevo lleva su tiempo, es decir, tuvimos que solicitar todos los permisos legales, darnos de alta en la Cámara de Comercio de Cuba. Además ya te decía que era un momento muy complicado en Cuba y, por supuesto, que fue un proceso, y un reto para nosotros, pero consideramos que había un espacio, y que en épocas de crisis las amenazas hay que convertirlas en oportunidades. En eso hemos aprendido muchísimo y hemos ido readecuando el trabajo a los cambios del país.
Comente brevemente este recorrido de trabajo en Cuba durante casi quince años
Comenzamos con la empresa mixta, Tor-Panel, y a los dos años el SIME nos planteó el interés de hacer parte de la producción aquí; nosotros analizamos el tema y decidimos diversificar desde el punto de vista de traer medios productivo a Cuba, y constituimos una producción cooperada. Durante 6 ó 7 años estuvimos fabricando acá, con la asistencia de personal técnico de Panelfisa. El nivel de producción estaba en concordancia con las circunstancias que el país atravesaba, pero hicimos la apuesta, y llegamos a exportar del orden de un contenedor mensual de 20 toneladas. Llego un momento en que, de común acuerdo, se dejó la producción cooperada y lo que hicimos fue vender los medios productivos al SIME. Y en estos momentos Tor-Panel SA es una sociedad que pertenece 100% a Panelfisa, pues en 2006, de acuerdo a nuevas directrices y regulaciones internas cubanas, negociamos y acordamos la compra de la parte accionarial del SIME en Tor-Panel.
En estos momentos, ¿cuáles son las áreas concretas en que trabajan?
En la mayoría de los planes prioritarios que el Gobierno cubano tiene en marcha, es decir, suministramos a la renovación energética, al plan de vivienda (que después del paso de los huracanes es un proyecto de construcción de más de 80.000 viviendas), a la industria del níquel, a la renovación de las instalaciones de salud, etc. Por ponerte un ejemplo, toda la tornillería de la emblemática Tribuna Antiimperialista y del Monte de Las Banderas, es nuestra.
¿Qué traducción tiene en cifras?
Significa unos tres millones y medio de euros anuales, y si tienes en cuenta que el precio de un producto como el nuestro es a veces de centavos estamos hablando de una cifra interesante, que debe ser aproximadamente un 15 % de nuestra facturación anual.
¿Qué ha significado para ustedes la presencia en Cuba?
Cuba fue la primera en nuestra experiencia de globalización y, a partir de esta experiencia, ya contamos con sociedades y presencia en Alemania, Chile, Polonia y una oficina en Shangai, China. Y si bien la situación actual es complicada en todo el mundo, estamos analizando otros proyectos.
Llegamos a la famosa crisis y, además, en Cuba hay que añadir los graves daños dejados por los huracanes. ¿Cómo se afronta una situación tan amenazante?
Sí, realmente la situación económica financiera a nivel mundial es grave, y para empresas como la nuestra eso es muy a tener en cuenta, pero si pensamos que hay oportunidades tenemos que ver cómo aprovecharlas, aunque sea con un criterio de prudencia y mirando la rentabilidad de cada uno de esos proyectos. Lo primero que hay que decir es que todo esto que estamos haciendo sirve para reforzar y consolidar Panelfisa en Tolosa, es decir, el objetivo es que todos estos proyectos, y nuestro trabajo en Cuba, estén al servicio de la consolidación de Panelfisa y de esta forma seguir generando nuevos puestos de trabajo en Euskadi.
Por el momento tener presencia a nivel internacional nos está suponiendo que la afectación de la crisis en el caso de nuestra cooperativa no sea tan grave como es en otros casos. En la actualidad la cooperativa exporta del orden del 64 %.
Para una empresa como la nuestra, de tipo social, es muy importante la capacidad de readecuarnos a cada unos de los países donde estamos presentes, pues la crisis no se vive de manera igual en todos los lugares ni se presenta al mismo tiempo. Es decir, en momentos como este uno tiene que readecuarse a cada uno de los países. En el caso de Cuba hay una realidad particular pues, como decías, el paso de los huracanes, al margen del monto global de pérdidas, realmente cuando uno ve las zonas más afectadas del país los daños fueron impresionantes, y en ese sentido, si ya la propia situación internacional es delicada para todo el mundo, en Cuba esas afectaciones han venido a agravar mucho la situación económico-financiera del país.
¿Cómo será entonces el próximo año para ustedes en Cuba?
Nuestro objetivo es, en estos momentos, hacer un análisis sobre la realidad, incluso mi presencia permanente en el país nos permite tener más elementos a la hora de tomar decisiones y de resituarnos. Indudablemente los criterios de pruden- cia son muy a tener en cuenta, no obstante el país sigue en marcha. Con el paso de los huracanes, las necesidades internas van a ser superiores a las de años anteriores, así que por lo que respecta a cifras de negocios creo que pueden ser similares a las de este año, pero hay un elemento que habrá que tener en cuenta, los mecanismos de cobro. En la medida en que podamos, apoyaremos aquellas situaciones en que el país lo demande, pero el elemento de los cobros y financiamientos adquiere una relevancia especial en esta coyuntura, y no sólo en Cuba sino a nivel internacional.
¿El financiamiento siempre es un obstáculo en Cuba?
Hay que decir que las empresas vascas que estamos aquí trabajando lo hacemos con recursos propios, sin red de seguridad y, al final, lo que hacemos es intentar buscar líneas de financiamiento que nos permitan ir cubriendo la compra de materia prima e insumos para la fabricación. En estos momentos, en la actual situación internacional, nos obliga a extremar las precauciones y utilizar criterios de prudencia.
Los mecanismos en Cuba, y dependiendo de las operaciones, exigen un financiamiento, por eso pensamos que sería muy bueno que las entidades financieras vascas vinieran aquí y valorasen ayudarnos a contar con instrumentos de financiación que nos permitirían ampliar los negocios, lo que redundaría en aumentar las exporta- ciones vascas, ya de por si importantes en lo que se refiere a Cuba.
¿Para qué sirve la Feria de La Habana a las empresas vascas?
Nosotros llevamos ya varios años participando en la Feria y es un lugar de encuentro con los clientes y amigos y, al mismo tiempo, un lugar de contraste entre las empresas vascas presentes en Cuba. A cualquier empresa vasca que quisiera explorar Cuba yo la animaría a venir a la Feria, porque es un buen escaparate para ver, tener contactos, y al final sacar sus propias conclusiones.
En Cuba existe una Asociación de Empresarios Vascos. ¿Que función tiene estar asociados?
La asociación es muy importante porque nos permite representarnos como grupo. Actualmente la formamos 38 empresas. Supone un punto de encuentro y de contraste entre nosotros. Es importante que la propia interlocución en el país no sea individualizada. Igualmente la interlocución de cara al Gobierno Vasco también es mucho más institucionalizada, porque expresamos preocupaciones colectivas.
¿Qué destacaría de la Feria de este año?
Ha coincidido con la celebración del décimo aniversario de la inauguración de la oficina de la SPRI-Cuba (Sociedad de Promoción y Reconversión Industrial) y con ese motivo la representación institucional ha sido importante, y el ambiente propicio para transmitirles nuestras preocupaciones por el tema del financiamiento y otros, y creo que nos han entendido y comprendido perfectamente.
¿Qué visitas ha tenido el Pabellón vasco? ¿Cuáles han sido las actividades de la delegación oficial?
Las visitas han sido numerosas, entre ellas la del vicepresidente del Gobierno cubano, José R. Fernández; el comandante de la Revolución y ministro de Informática y Comunicaciones, Ramiro Valdés; el también comandante Guillermo García; Marta Loma, ministra de Inversión y Cooperación; el titular de Comercio Exterior, R. de la Núez, y el vicepresidente del Gobierno para la Batalla de Ideas, Otto Rivero, además de viceministros y responsables empresariales, lo cual es una buena muestra del nivel de relaciones alcanzado por la empresa vasca en Cuba. Paralelamente, la delegación vasca, encabezada por el viceconsejero de Industria, Iñaki Telletxea, mantuvo reuniones oficiales con los vicepresidentes del Gobierno, Carlos Lage, y José R. Fernández, así como con los ministros de Comercio Exterior, e Inversión Extranjera.