NBA
Los bases han sido protagonistas en una semana atípica
El traspaso de Allen Iverson, de los Denver Nuggets a los Detroit Pistons, ha marcado una semana en la que Tony Parker se erigió en el héroe de los Spurs.
Izkander FERNÁNDEZ | BILBO
Allen Iverson confesó en una ocasión que cuando era un niño y jugaba en las calles ya sabía que iba a ser el mejor jugador del mundo. Claro que lo dijo en un momento en el que el viento soplaba a favor, cuando los Philadelphia 76ers se adelantaron 1-0 a Los Angeles Lakers en la final de 2001.
Posteriormente, los Lakers de Saquille O'neal y Kobe Bryant ganarían cuatro partidos seguidos para conseguir el segundo de la serie de tres anillos que los californianos obtuvieron entre 2000 y 2002.
Después de sus primeros años en Philadelphia, donde logró el estatus de estrella con una rapidez pasmosa, Iverson comenzó a jugar incómodo en su primera franquicia y buscó un cambio de aires.
Se trataba de un Iverson con menos consistencia como jugador que arrastraba unas críticas demoledoras. Sus números siempre serían buenos, pero para ello su equipo tenía que pagar un alto precio.
Al final, los Sixers lo traspasaron a Denver hace dos temporadas. Allí tampoco encontró el norte ni el equipo ganador al que toda estrella aspira a llegar. En estas, en un momento extraño para intercambios, con apenas una semana de liga disputada, hace unos días se anunció su inminente traspaso a Detroit Pistons a cambio de Chauncey Billups, Antonio McDyes y Cheikh Samb.
Comienza un nuevo viaje para Iverson y los Pistons con un único posible destino: el anillo de campeones. El problema es claro. Billups, el base de los Pistons hasta el intercambio, parecía el pegamento de un equipo sobrio que conserva la columna vertebral que le dio el título en 2004. Sin sus servicios, los Pistons se quedan sin su organizador nato y buscan el recambio en Rodney Stuckey.
Iverson será el encargado de crear una amenaza en el perímetro que dé mayor libertad de movimientos a otras estrellas del equipo como Richard Hamilton o Tayshaun Prince. De momento, Detroit va segundo en su división con 4 victorias y 2 derrotas. Y en el entorno de los de Michigan todo el mundo parece estar feliz.
Lesiones en San Antonio
Donde no tienen tantos motivos para la alegría es en San Antonio. Los Spurs han comenzado tocados. Con los argentinos Manu Ginobili y Fabricio Oberto lesionados, los tejanos no pueden con sus rivales directos y sufren lo indecible para derrotar a equipos menores.
En su única victoria hasta el momento -tienen un récord de 1-4-, fue el base Tony Parker el encargado de tirar de la épica y hacer un partido de ensueño para que se estrenase el casillero de victorias.
Los Spurs necesitaron 55 puntos del francés y dos prórrogas para derrotar a Minnesota Timberwolves por 129-125 el pasado miércoles. La catástrofe se siguió cebando con los de Greg Popovich el viernes, cuando el propio Parker se lesionó para mantenerse alejado de las canchas de dos a cuatro semanas.
Con Tim Duncan maduro y solo ante el peligro, pintan mal las cosas para una franquicia que como cada año impar, desde hace seis temporadas, espera lograr el anillo. Lo cierto es que con la recuperación de Ginobili, Oberto y Parker los Spurs volverán a apuntar alto. Mientras tanto, sufrimiento.
Con 1,83 y 75 kilos, Iverson ha sufrido físicamente durante toda su carrera y ha sido incapaz de ganar peso, pese a que sus preparadores se lo han recomendado en multitud de ocasiones.
Sin tres de sus cuatro máximos exponentes los Spurs de San Antonio no cuentan con una plantilla lo suficientemente profunda como para hacer algo importante en el la dura Conferencia Oeste.
El base de los New Orleans Hornets y de la selección de EEUU en los Juegos de Beijing, Chris Paul, protagonizó la madrugada del domingo un auténtico recital en la victoria de su equipo ante Miami Heat por 100-89. Paul anotó 21 puntos y ofreció 13 asistencias para cerrar un ciclo de seis partidos consecutivos logrando más de 20 puntos y dando más de 10 asistencias. El menudo jugador de Carolina del Norte batió así una marca que le pertenecía a un histórico como Oscar Robertson, que en 1968 logró durante cinco choques seguidos superar la mágica cifra de veinte puntos y diez asistencias. Paul alargó también otra marca personal robando al menos un balón en los últimos 89 partidos. Además de Paul, ante los Miami Heat liderados por Dwyane Wade (30 puntos, 6 rebotes y 10 asistencias), en los Hornets también destacaron David West, 21 puntos y 9 rebotes, y Tyson Chandler, 13 tantos y 10 rechaces.
I.F.