Clasificados para octavos
Los rojillos se quedan saciados con un menú de «San Jacobo»
Desde la primera jornada liguera, El Sadar no veía un gol de los suyos. No fue ni en un lance elaborado ni en una jugada de estrategia, hubo que esperar al fallo del rival y, en esta oportunidad, falló quien menos debía hacerlo para sus intereses, el portero getafense.
Natxo MATXIN | IRUÑEA
Desde ahora considerado por estos lares como «San» Jacobo, el ayer guardameta del Getafe insufló, con su monumental fallo, una importante ración de oxígeno a la asfixiada escuadra rojilla. Ciertamente hacen falta puntos ligueros, pero a buen seguro que el pase a los octavos coperos sirve como punto de inflexión para un conjunto que necesita de golpes morales para virar su errático rumbo.
La voluntad se impuso a la precisión, una vez más, en los instantes iniciales. Los ataques rojillos se canalizaban especialmente por el carril derecho de Masoud, bastante menos individualista de lo que hasta ahora nos tenía acostumbrados. Los detalles de calidad del iraní con pases profundos a Ezquerro y Pandiani eran lo más destacado.
Al estilo de cualquier partido copero que se precie, el Getafe tampoco se quedó atrás, sabedor de que un gol le daba casi la clasificación. Con una mejor triangulación que los navarros, la salida de balón madrileña creaba bastante peligro con un activo Manu.
El choque iba por eso derroteros hasta que, pasada la media hora, llegó la jugada clave de la eliminatoria. Una cesión comprometida de Belenguer se volvió todavía más letal cuando Jacobo, en lugar de despejar con el pie lo más rápido posible, esperó la llegada presionante de Pandiani quien, a trancas y barrancas, consiguió hacerse con el balón e introducirlo en las redes. Desde el penalti transformado por Nekounam ante el Villarreal en la primera jornada liguera, El Sadar no disfrutaba de un gol de los suyos.
Despeje desgraciado
Quien pensó que, por un día, todo podía ser de color de rosa se equivocó. Siete minutos después, Roversio se rompió él solito al intentar despejar el cuero en acrobática posición y caer apoyando todo el peso de su cuerpo en la rodilla derecha, que se quebró.
Con el marcador a favor y la sustitución del brasileño por Cruchaga, el encuentro bajó muchísimo de ritmo en los dos primeros tercios de la reanudación. Todo se volvió a acelerar vertiginosamente en los últimos quince minutos de choque, ya que el encuentro tuvo hasta cinco de prolongación.
Ocasiones por ambos bandos -las más claras para los rojillos con sendos mano a mano de Jokin y Nekounam con Jacobo, que se redimió en parte-, una expulsión, muchas interrupciones, amén de Guerrón y Casquero metiendo el miedo en el cuerpo a la parroquia local.
Barcelona y Valencia son los principales favoritos de los octavos de final y los rivales a evitar en el bombo para aquellos conjuntos modestos con aspiraciones a hacer algo grande en esta competición.
Todo lo contrario de lo que piensan conjuntos como el Real Unión o el Poli Ejido, los únicos supervivientes de Segunda B, para los que cruzarse en el camino de los culés sería una auténtica lotería.
Si la diosa fortuna volviera a ser afable con la escuadra irundarra, los de Iñaki Alonso se medirían en la misma temporada a los dos grandes de la Liga, después de la gran hazaña conseguida en el Santiago Bernabéu eliminando al Real Madrid con buen fútbol y goles.
Además de Osasuna y Athletic, el resto de equipos que completan el cuadro de octavos son primeras: Valladolid, Atlético, Sporting, Mallorca, Almería, Betis, Racing, Deportivo, Espanyol y Sevilla.
La celebración del sorteo no está todavía confirmada, aunque lo más probable es que se celebre a primeros de diciembre. Las fechas de los partidos tampoco están concretadas.
El jefe de los servicios médicos rojillos, Patxi Cipriáin, se mostró pesimista respecto a la lesión de Roversio. Aunque las pruebas definitivas se le harán hoy por la mañana, el galeno se temió una rotura del ligamento cruzado anterior.
Como suele ocurrir con los envites coperos, el partido fue vibrante, pero sólo eso. Los fallos fueron continuos por ambas escuadras a la hora de la circulación del esférico.