Rafa Díez: «Hay condiciones para que el independentismo sea el eje central»
El ex secretario general de LAB, Rafa Díez Usabiaga, destacó ayer la importancia de que EA haya decidido rechazar concurrir con el PNV a las próximas elecciones y afirmó que a su entender «hay condiciones y masa crítica para poner al independentismo en el eje central del país». Añadió que la izquierda abertzale «tiene voluntad de ser parte determinante de una iniciativa independentista abierta, plural, pero a su vez clara en el modelo institucional y social».
Iñaki IRIONDO |
El ex secretario general de LAB Rafa Díez Usabiaga afirmó ayer que «a mi entender hay condiciones y masa crítica para poner al independentismo como eje central del país desplazando en el espacio abertzale a un modelo [el del PNV] que acaba siempre siendo mero instrumento del Estado y de intereses económicos y clasistas».
En su periódica columna radiofónica en Herri Irratia-Loyola Media, Rafa Díez hizo primero un retrato del actual momento político que, a su entender, se caracteriza de momento por un nuevo periodo electoral en el que predomina el marketing político y por el hecho de que «el Estado español sigue amordazando la voluntad de los vascos y vascas en la cárcel constitucional». Entiende que «a Euskal Herria se le está condenando a un largo y penoso tránsito político hacia una auténtica normalización democrática» y que, aun estando «en la antesala de un nuevo ciclo político», en el que lo que está en juego son «los contenidos y las características del mismo», todavía «en ese pulso las fichas se mueven con lentitud dando la sensación de estar en una dialéctica sin novedades mientras perdura la confrontación y el sufrimiento en todas sus dimensiones».
En ese terreno, el ex secretario general de LAB ve al PSE haciendo ofertas de «reformas estatutarias adornadas con un supuesto derecho a consulta como su- cedáneo del derecho a decidir» y dice que su destino es buscar «un pacto de gestión conjunta» con el PNV. Ve a este partido en «una especie de columpio político en el que tan pronto se sitúa como abanderado del derecho a decidir, poniendo a Ibarre- txe como protagonista, como nos ofrece dosis de transversalismo y pactismo al mejor estilo de Josu Jon Imaz».
Como ejemplo de la apuesta de futuro del PNV, Rafa Díez apunta «el último acuerdo presupuestario, negociado de forma vergonzosa sobre una competencia parcial [I+D+i] que debía haber estado transferida hace más de veinte años o el pacto con CCOO en la fusión de las cajas, marginando a ELA y LAB».
En este escenario introduce como novedad que EA ha decidido rechazar la coalición con el PNV «y apostar por una referencia soberanista, independentista y socialdemócrata». Y explica que «sin analizar las muchas contradicciones y evidente falta de praxis en torno a esas referencias en los años de gobierno con el PNV», le parece importante destacar «el interés de consolidar ese polo soberanista, independentista».
«Plural pero clara»
Rafa Díez señala que «ese movimiento tiene que ir mas allá del tacticismo y la aritmética electoral. La izquierda abertzale viene remarcando la necesidad de ir madurando y articulando un espacio soberanista-independentista, un trabajo que debe permitir una acumulación y activación de fuerzas en lo táctico y en lo estratégico».
El ex secretario general de LAB asegura que «la izquierda abertzale, desde su legitimidad histórica y aportación al agotamiento del marco autonómico vigente, tiene voluntad de ser parte determinante de una iniciativa independentista abierta, plural pero, a su vez, con una definición clara de las propuestas tácticas en modelo institucional y social en el marco de una estrategia nacional. Necesitamos, en definitiva, dimensionar un gran espacio social, sindical y político que abra las puertas a una nueva Euskal Herria desde la superación urgente de un marco constitucional».
Y concluye expresando su convencimiento de que esta posibilidad «provocaría una incentivación y expectativas en un sector social que contempla con escepticismo el bloqueo global y las hipotecas y condicionamientos con los cuales el PNV lastra al conjunto del movimiento abertzale».
El ex presidente del EBB, Xabier Arzalluz, reconoció ayer en una tertulia radiofónica lo que la izquierda abertzale había estado denunciando durante años: que la primera coalición entre PNV y EA para las elecciones forales y parte de las municipales de 1999 se había hecho por intereses empresariales, para evitar que Euskal Herritarrok fuera la primera fuerza en Gipuzkoa y gobernara la Diputación de este herrialde.
En el programa «Berrikerketan» de Herri Irratia, donde Arzalluz participa cada viernes como contertulio, le preguntaron directamente por su opinión sobre la decisión de EA de no concurrir en coalición con el PNV a las próximas elecciones autonómicas, y el ex presidente del EBB arrancó su intervención recordando que la primera coalición que se hizo se debió a que diversos empresarios presionaron a los partidos -él señaló que especialmente a EA- para que unieran sus fuerzas con el fin de evitar que Euskal Herritarrok dirigiera la Diputación de Gipuzkoa, lo que los empresarios consideraban contrario a sus intereses.
Cabe recordar que en aquellas fechas estaba en vigor el acuerdo de Lizarra-Garazi y que el Ejecutivo de Lakua se apoyaba en el soporte parlamentario de EH.
La tesis ahora reconocida por Arzalluz ha sido la defendida siempre por la izquierda abertzale, arguyendo que la posibilidad de que EH gobernara la Diputación de Gipuzkoa «ponía en dificultades muchos intereses crematísticos de constructores, cementeros y burócratas del partido metidos a financieros». PNV y EA alegaron entoces que se habían encontrado «en el camino de la paz» y, en concreto, Arzalluz negó que aquél fuera «un pacto de rapiña» aunque se producirían nuevas mayorías que desbancarían a otras.