«Nos parece una aberración. Si al final el planteamiento de Industria para permitir nuevos parques eólicos sale adelante, sería un gran paso atrás para la conservación de la biodiversidad vasca y de la naturaleza en general». Así de tajante se expresaba Sergio De Juan, portavoz de la asociación ecologista Izate, en relación al deseo del Gobierno de Lakua de revisar el plan que regula la energía eólica en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

Las diputaciones de estos tres territorios ya han exigido al Ejecutivo de Ibarretxe que los proyectos de instalaciones eólicas respeten las zonas protegidas, y en esto coinciden también los grupos ecologistas vascos.

«Por una vez, coincidimos con las diputaciones», reconoce De Juan, para quien el plan de Lakua es «una de las peores noticias en tema medioambiental de los últimos años». Entre otras cosas, este plan contempla 21 grandes parques eólicos, de los que 4 estarían ubicados en Bizkaia y 5 en Gipuzkoa.

Para el portavoz de Izate, Araba sería el territorio más afectado. En este herrialde se plantean 12 parques eólicos, y aunque esta asociación todavía no ha hecho un estudio detallado sobre sus afecciones, De Juan adelanta que los proyectos de Arkamo y Cruz de Alda-Arlaba «serían dos burradas lamentables».

«Es inadmisible»

«Los dos tienen un valor ecológico altísimo, y poner ahí centrales eólicas es inadmisible. Además, probablemente vulnerarán el Derecho europeo», declaraba ayer a GARA. También recordaba que el proyecto de Ordunte quedó suspendido «tras una declaración de impacto ambiental negativa», y adelantaba que «si todos estos proyectos que presenta Industria se evalúan correctamente, también van a quedar paralizados».

El portavoz de Izate no duda de que tras estos intentos de construir más centrales eólicas «se encuentran intereses económicos de empresas, que seguramente estarán presionando a Industria para que les den todos los beneplácitos posibles».

Por su parte, Alberto Frías calificaba de «demencial» el procedimiento que están llevando el Gobierno de Lakua y las diputaciones. «Han convertido una modificación del Plan Territorial Sectorial de la energía eólica, que viene perfectamente regulado y que conlleva un periodo de información pública y alegaciones, en una `revisión' que no obedece a procedimiento normativo alguno, oscurantista y que niega el derecho a la participación pública», denuncia el portavoz de Eguzki.

«Ladrones del viento»

Frías intuye que, de ese modo, «se intenta pasar por alto el obligado trámite de evaluación conjunta de impacto ambiental para planes y proyectos, que entre otras cosas dejaría claro que en Araba no queda ni una sola cuenca visual sin colonizar por los ladrones del viento».

El portavoz de Eguzki también constata que Lakua «vuelve a dar carta de naturaleza a proyectos que el propio PTS había desechado por su fuerte impacto ambiental, y se deja en agua de borrajas toda la política de protección de espacios naturales en nombre del beneficio privado de unas pocas empresas del trust de las multinacionales eléctricas».

Ekologistak Martxan tampoco está de acuerdo con los planes de Lakua, porque «la mayoría de los parques eólicos que prevé están en terrenos incluidos en la Red Natural 2000.

«Tenemos que buscar un equilibrio entre la producción de energía limpia y la defensa de los espacios naturales», declara Alfonso Ribote en nombre de esta asociación.

Para ello, propone al Gobierno de Lakua que impida las centrales eólicas que supongan afecciones negativas la Red Natura 2000 y que retire los proyectos que cuentan con un amplio rechazo político, social y ecologista, «porque algunos de ellos tienen incluso mayor impacto medioambiental que el rechazado para Ordunte».