«Nuestro caso es una advertencia para el resto de trabajadores»
El comité de Esmaltaciones San Ignacio ha intensificado las protestas contra el expediente de regulación de empleo que puede dejar en la calle a 35 trabajadores de esta empresa emblemática de Gasteiz, dedicada a la fabricación de menaje para el hogar. Denuncia las irregularidades que observa en un proceso en el que se mezclan ventas de terrenos, deslocalización y despidos.
Pablo RUIZ DE ARETXABALETA |
Inmersa en un proceso concursal desde abril de 2007, Esmaltaciones San Ignacio arrastra una conflictiva situación que, lejos de mejorar, parece agravarse. En julio la dirección presentó un expediente de regulación que afecta a 35 empleos a los que, además, puso nombres y apellidos, lo que ha empujado a la plantilla de nuevo a las movilizaciones con paros y protestas. La empresa se trasladó desde la zona de Olarizu en Gasteiz al polígono de Jundiz, tras un acuerdo con el Ayuntamiento que liberó atractivos terrenos para urbanizar.
Tras el traslado llegaron los problemas
El comité aceptó la propuesta de traslado a Jundiz para mejorar. Nos hemos visto engañados. Hemos visto que la tecnología que tenemos, excepto algunas cositas nuevas, es la misma. Esto ha sido premeditado. Había promesas a los trabajadores y al Ayuntamiento, que también se ha visto engañado.
Y en ese proceso monta una fábrica en Marruecos
Estaba todo planificado. Esmaltaciones iba a montar una fábrica en Marruecos para abastecer al mercado magrebí y nos hemos encontrado con que nos están haciendo todas las piezas para las grandes superficies, Eroski, Carrefour... Nos hemos visto engañados. También nos hemos encontrado con una tecnología y medios que eran nuestros, que han trasladado allí. Han desviado trabajo a Marruecos para producir pérdidas artificialmente. Estamos en un grupo de empresas, unas están en proceso concursal y otras no, y hay desviación de dinero de unas a otras. Nos llama poderosamente la atención la publicidad que Esmaltaciones está realizando en distintas cadenas de televisión. Generalmente, las empresas en esa situación reducen gastos.
¿Tiene esta situación relación con la crisis general?
Se trata de una empresa atípica. De capital vasco y alavés, con una historia de más de cincuenta años y un producto no de primera, pero sí de segunda necesidad. Y es atípica porque en el contexto de crisis no le falta trabajo. De la noche a la mañana nos han dicho que estamos en una ley concursal y ahí han empezado los problemas. Si fuéramos una entidad deportiva, como la Real Sociedad, habrían echado a la dirección.
Pero eso lo deberían controlar los administradores concursales
No han dicho nada.
¿Cuál ha sido su postura en este proceso?
Se limitan a hacer de árbitro entre los trabajadores y la empresa. Se limitan a escuchar y luego se lo dirán al juez, pero a nosotros no nos dicen nada.
La situación se agravó en octubre con el expediente que contempla 35 despidos.
Lo curioso es que la dirección nos entrega la relación de 35 nombres. En el comité la rompemos porque no reconocemos que sobre nadie y se lo hacemos saber a la dirección, que la publica inmediatamente en el tablón de anuncios de la empresa. Los administradores nos dicen que no han ordenado hacerla pública sino únicamente entregarla al comité. A raíz de eso hemos intensificado las movilizaciones y estamos dejando claro que el comité de empresa está en contra de lo 35 despidos. Nuestra primera exigencia es hacer lo indecible para que se retiren. La empresa tiene otras vías de solución como bajas incentivadas, prejubilaciones y la aplicación del contrato de relevo, pero que no nos lleve al terreno de juego de los despidos. Llegaremos donde tenemos que llegar para que no haya un solo despido traumático en Esmaltaciones.
¿Cómo han reaccionado las instituciones?
Al Ayuntamiento le dijimos que cuando haya que utilizar dinero público es importante controlar ese dinero a través de la presencia en consejos de administración. Recibimos un apoyo importante, porque se ha posicio- nado en contra de los 35 despidos. En otras instancias también hemos recibido ese apoyo. La semana que viene mantendremos un encuentro con el diputado general y vamos a exigir que no se dé un euro de fondos públicos a empresas que están arrojando a trabajadores al paro. Al final, los empresarios reclaman a las instituciones ayudas y sacrificio a la clase trabajadora. Lo que nos está pasando le puede estar pasando a otros sectores de producción. Tenemos que mantener nuestro tejido industrial. Tenemos que fortalecer nuestras industrias y mantener el empleo. Y que las instituciones sepan a dónde y cómo se van a destinar los fondos públicos. No podemos entregar a manos de empresarios irresponsables para que arrojen a trabajadores al paro y a la miseria. Ahora la crisis la utiliza el capital para engrasar su maquinaria y vemos despidos y expedientes.
¿Puede ser su caso una advertencia?
Es una advertencia muy significativa para el resto de trabajadores. Lo importante es que saquemos nuestros problemas a la calle. No podemos quedarnos en el centro de trabajo y que pasen inadvertidos. No sólo hay que dar a conocer que los empresarios se quejan, porque somos los trabajadores los que pagamos una crisis que no hemos generado.
«Cuando se utiliza dinero público es importante que las instituciones controlen cómo se va a utilizar. No podemos entregarlo a empresarios irresponsables para que arrojen a trabajadores al paro»