El gasóleo se resiste a bajar de un euro pese a que el petróleo ha caído un 64%
Conductores y transportistas han podido comprobar que repostar combustible resulta bastante más barato -en torno a un 24%- que en verano. La gasolina se vende ya a menos de un euro, pero el gasóleo parece resistirse a bajar de ese nivel pese a que el barril de crudo ha caído un 64% desde el pasado mes de julio.
Joseba SALBADOR
La imparable escalada de los precios de las gasolinas que padecimos en los primeros siete meses del año, y que tuvo su punto álgido a mediados de julio, se ha visto truncada este otoño con una constante bajada de los precios, tendencia que parece consolidarse a juzgar por los precios mínimos que se están alcanzando a lo largo de este mes.
Según los últimos datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE), el litro de gasolina 95 se encontraba esta semana en torno a los 0,96 euros y el de gasóleo 1,009 euros, unos precios que no se alcanzaban desde marzo y octubre del pasado año, respectivamente.
En porcentaje, esto supone que, en lo que va de año, los precios de estos carburantes han bajado el 11,13 y el 6,1%, respectivamente. Y comparados con los precios máximos del año, registrados el 14 de julio, cuando la gasolina 95 costaba 1,276 euros y el gasóleo 1,329, los descensos son de nada menos 24,7 y del 24,07% para cada tipo de carburante.
A efectos prácticos, llenar un depósito de gasóleo -de una media de 55 litros de capacidad- resulta ahora 17,6 euros más barato que en julio, al pasar de 73,09 euros a 55,49. Dicho de otra forma, quienes tengan costumbre de echar siempre la misma cantidad, por ejemplo 30 euros, comprobarán que si en verano recorrían 376 kilómetros, ahora, con esa misma cantidad, podrán hacer 496, es decir, 120 kilómetros más (cálculo válido para un automóvil que consuma una media de seis litros a los cien).
La explicación a todo esto hay que buscarla en el fuerte descenso del petróleo, que en este mismo periodo (de julio a noviembre) ha pasado de cotizarse a 147,5 dólares el barril de crudo Brent, a 51,99, su nivel más bajo en casi dos años, lo que supone una caída del 64,75%.
Detrás de este brusco descenso se encuentra, según indican los expertos, el temor de los inversores a una disminución de la demanda por la ralentización de las principales economías, miedo que se confirmaba el viernes al conocerse que Alemania, la mayor economía de Europa, ha entrado en recesión, mientras que la propia Gran Bretaña está también al borde del decrecimiento. Los mercados temen también que EEUU, el principal consumidor del mundo, entre en recesión y reduzca su consumo de combustible, lo que provocaría una mayor abundancia de reservas que tendería a bajar los precios.
La brusca caída del precio del petróleo, sin embargo, no se plasma de forma proporcional en los productos refinados, como se puede comprobar en el gráfico. De hecho, mientras el precio del barril ha bajado un 64%, las gasolinas lo han hecho en un 24%.
La justificación que dan los expertos es que la mitad del precio de los carburantes son impuestos, por lo que las caídas en el crudo no se traducen en descensos de los carburantes en la misma proporción. A ello habría que añadir la depreciación del euro frente al dólar, pues el petróleo se paga en dólares y las gasolinas en euros. Actualmente, la divisa europea cotiza a 1,25 dólares, frente a los 1,58 dólares del 14 de julio.
Un tercer factor a tener en cuenta es que entre la compra del crudo y la comercialización de los productos derivados transcurren varias semanas como consecuencia del proceso de transformación, por lo que el abaratamiento del barril de crudo no se traslada de forma inmediata.
Pero la experiencia demuestra que en las etapas ascendentes, las subidas del crudo se trasladan de forma más rápida a las gasolinas que en las etapas descendentes. Hace escasas fechas, el secretario general de Energía del Ejecutivo español, Pedro Marín, afirmaba que los análisis de precios que realiza su Gobierno no arrojan evidencias de que en épocas de encarecimiento los nuevos precios se fijen con más rapidez. Habría que recordarle que los precios máximos de las gasolinas de julio se alcanzaron tan sólo 72 horas después del máximo histórico del Brent.
Como consuelo, nos queda pensar que en las próximas semanas los carburantes deberán seguir abaratándose ya que hasta el viernes el petróleo no paró de bajar.