DEIA Félix Iriarte 2008/11/13
El patrón
Si fuera por la foto no habría duda. A su derecha, compartiendo sillón, el presidente del Gobierno, el señor Zapatero. Más allá sus competidores directos a los que entretenía el vicepresidente Pedro Solbes. Relajado, como si los asuntos sólo pudieran tener consecuencias indeseadas para el resto de humanos, Emilio Botín parecía dominar la situación en la cumbre entre banqueros y miembros del Gobierno español para preparar la más importante reunión de las últimas décadas a nivel mundial. Pretende, nada más y nada menos, que refundar un nuevo orden social para que los de siempre sigan como siempre, o algo mejor si es posible. Fuera o no ésa la razón de su placidez, Botín puede estar seguro de que a él no le va a pillar la crisis que asoma por todos lados. Acostumbrado a tomar decisiones, pone en juego su dinero y el de los accionistas de su banco, el Santander, y eso ya es un dato a su favor porque muchos otros juegan con la pasta de todos y sin temor a quedarse a dos velas de la noche a la mañana. Estos últimos no conocen a Juan Carlos Borromeo, no saben quién es el verdadero jefe de la Banca, su santo patrón, al que recuerdan cada 4 de noviembre. No les hace falta porque no son auténticos banqueros, como lo es Botín que supongo que pondrá un par de velas al santo antes de realizar operaciones de alto riesgo para su bolsillo. Supongo también que este año las celebraciones en honor del santo (...) no habrán sido las de años anteriores de bonanza. O quizás sí porque es bien difícil perder sanas y arraigadas costumbres y porque, seamos serios, la crisis es otra cosa para ellos. Y es que ya pagó Juan Carlos Borromeo por todos ellos.