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Llamamiento vecinal a la liberación de Gil

Cerca de 1.000 iruindarras se reunieron ayer en el barrio de Txantrea para exigir la inmediata puesta en libertad de su convecino Mikel Gil, «Kurika», que padece una grave enfermedad agravada por su estancia en prisión, lo que le llevó a intentar quitarse la vida el 30 de octubre.

Asier VELEZ DE MENDIZABAL |

Cerca de un millar de personas se manifestaron durante la mañana de ayer por las calles de Txantrea para exigir la liberación del preso político del barrio Mikel Gil, Kurika, quien padece un grave enfermedad que se ha visto agravada debido a su estancia en cárceles españolas desde hace más de 16 años. Los graves problemas físicos y síquicos que acarrea le llevaron a un intento de suicidio el pasado 30 de octubre en la zaragozana prisión de Zuera, por el que tuvo que ser ingresado de urgencia en un centro hospitalario. Lleva nueve meses en la enfermería de la cárcel.

Por ello, sus vecinos han pedido en infinidad de ocasiones su puesta en libertad y desde el pasado mes de mayo se agruparon en torno a la plataforma «Kurika etxera», con el objetivo de aglutinar fuerzas en pro de su liberación y con la que ya han obtenido cientos de adhesiones.

De ese modo, la marcha, en la que tomaron parte vecinos de todas las edades, partió a las doce y media del mediodía desde la Plaza del Euskara bajo el lema «Kurika SOS, kalera orain. Preso gaixoak etxera», y tras recorrer las principales arterias del barrio, concluyó en la Plaza Ezkaba. En la cabecera de la manifestación marcharon allegados y amigos del preso político, así como su compañera sentimental, Marta Varela.

Una vez en la plaza, varios miembros de la plataforma en favor de la liberación de Kurika tomaron la palabra y denunciaron que ha sido su estancia en la cárcel «lo que ha agravado su estado de salud». «En multitud de ocasiones hemos denunciado que la prisión y su enfermedad no son compatibles, pero aún así siguen manteniéndolo preso», criticaron los convocantes, que a su vez pusieron como ejemplos a seguir los casos de la presa iruindarra Mariló Gorostiaga y el getxotarra Ángel Figueroa, también gravemente enfermos y que recobraron la libertad el pasado miércoles.

«Estamos seguros de que si aunamos esfuerzos, entre todos podemos conseguir traerlo a casa para que reciba el tratamiento que necesita. Las excarcelaciones de Mariló y Ángel, que también padecen enfermadades graves y han sido puestos en libertad esta misma semana, nos insuflan fuerza y esperanza para seguir con nuestro trabajo».

Asimismo, los vecinos recordaron que Mikel Gil es una persona que «ama muchísimo al barrio», y que antes de que fuera apresado y encarcelado «estuvo trabajando en diversos colectivos y dinámicas vecinales».

Por ello, reivindicaron que ahora «es a los vecinos a quienes nos toca comprometernos por su excarcelación y seguir trabajando hasta que vuelva».

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