CRÓNICA Salud laboral
La CSI rechaza que se excluya al amianto del control de exportaciones
La exclusión del amianto y el pesticida endosulfán de la lista de productos peligrosos para la salud ha generado una denuncia por parte de la CSI y las organizaciones que trabajan para que se prohíba el uso del amianto porque provoca cáncer. Miles de trabajadores mueren al año en el mundo y cada día se conocen nuevos casos de contagios.
La Confederación Sindical Internacional (CSI) rechaza la decisión por la cual el amianto crisotilo y el pesticida endosulfán quedan excluidos de la lista de productos considerados peligrosos bajo el Convenio de Rótterdam, acuerdo internacional que regula las exportaciones de sustancias químicas peligrosas. También las organizaciones que trabajan para conseguir que el amianto desaparezca de los procesos productivos consideran que se ha cedido a la presión de las grandes industrias y economías que comercian con ese mineral.
La CSI afirma que «los grupos de presión de la industria, junto con el móvil del beneficio han prevalecido trágicamente sobre la seguridad de los trabajadores y consumidores con esta negativa de incluir dos sustancias altamente peligrosas en el ámbito de dicho convenio», indica su secretario general, Guy Ryder. Reclama que «los gobiernos reaccionen urgentemente y corrijan este error, que pone en grave peligro la salud de muchos miles de trabajadores de la construcción, del sector minero, agrícola y otros sectores».
Lista de sustancias
Como indica la organización sindical internacional bajo el Convenio de Rótterdam los gobiernos mantienen una lista de sustancias peligrosas que pueden ser exportadas únicamente de acuerdo con el principio del «Consentimiento Fundamentado Previo», por el que los países exportadores deben obtener una autorización específica de los países importadores antes de efectuar el envío de las sustancias.
Según las reglas de procedimiento, «las sustancias químicas no pueden ser incluidas en la lista CFP a menos que los signatarios del convenio de 1988 alcancen un consenso». Sin embargo, en la última reunión, celebrada hace tan sólo unas semanas, siete países impor- tadores de amianto -Filipinas, India, Kirguistán, México, Pakistán, Ucrania y Vietnam- apoyaron a Kazajstán, país exportador de amianto, en su oposición a la lista. Otros exportadores, entre ellos Brasil, Canadá, Rusia y Zimbabwe, se han opuesto a las restricciones al comercio del amianto a pesar de la elevada mortalidad y enfermedades que está ocasionando en el mundo.
En 2006, según los datos sobre el comercio de amianto, se produjeron 2,1 millones de toneladas en el mundo, casi la mitad en Rusia, mientras que se consumieron 1,3 millones de toneladas, la mayor parte en China, Rusia e India.
El amianto está considerado como un mineral cancerígeno que genera unos niveles muy elevados de mortalidad entre quienes han estado en contacto con él. Los cálculos que baraja CCOO de Euskadi indican que en los próximos años fallecerán a causa del amianto en torno a 10.000 personas. En el Estado español esta cifra se eleva a 50.000 y en la Unión Europea alcanzará el medio millón. También se conoce que hasta dentro de entre 30 y 40 años los contagios por amianto seguirán apareciendo, puesto que el cáncer que desarrolla aparece después muchos años de latencia en el cuerpo del trabajador.
La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud calcula que un tercio de las 150 000 víctimas anuales se atribuyen al trabajo con sustancias peligrosas en la Unión Europea. De ellas, 21.000 fallecimientos se deben al amianto.
Juanjo BASTERRA