Mientras su homónimo francés intenta sacudirse la crisis que le afectó el año pasado, el Piolet d´Or Asia cumple ya tres ediciones. Este renombrado premio tomó forma en 2006, y nació con una clara intención: potenciar el alpinismo en estilo alpino. En esta edición se han presentado ocho candidatos, cinco de los cuales fueron elegidos. Por aquello de la supuesta lejanía y diferente cultura, la verdad sea dicha que, a pesar de que los alpinistas asiáticos firman grandes realizaciones, muchas de ellas no llegan a tener el hueco debido.

La mayoría de las actividades suelen llevar el sello coreano y japonés, pero quizás las que mayor repercusión mediática suelen tener son las escaladas llevadas a cabo por los kazajos. Este aspecto llama la atención, pero si adelantamos que las más sobresalientes vienen de la mano del casi «occidental» Denis Urubko, pues está casi todo dicho.

Esta vez, esta figura de renombre internacional, Urubko, se ha quedado a las puertas, y es que la tercera edición del Piolet d´Or Asia se ha ido hasta Japón. Concretamente el trío formado por Fumitaka Ichimura, Yusuke Sato y Kazuki Amano se embolsan el prestigioso premio por la apertura de una nueva vía en estilo alpino en la cara norte del Kalanka (Garhwal, Himalaya indio). Quizás a algún lector le suenen los nombres de Ichimura y Sato, y es que ambos ya han pasado por estas páginas gracias a las extraordinarias actividades que han firmado sobre todo en Alaska; su habitual lugar de «entrenamiento».

Pues bien, el trío era capaz de abrir una nueva línea en esta espectacular vertiente del Kalanka de 6.931 metros de altura. Por belleza que no quede; su vecino Changabang (6.866 m), igual de hermoso, así lo corrobora.

Duro y técnico

Y ya que citamos al Changabang, tenemos que adelantar que la cordada japonesa puso sus miradas en esta famosa montaña. Pero finalmente decidieron actuar en el Kalanka. Llegan al campo base el 30 de agosto, y monta un campamento avanzado a 5.100 metros.

Para el 16 de setiembre ya le estaban dando al ataque definitivo. Superan unas primeras secciones, básicamente en mixto, y después de tres días de dura escalada llegan hasta los 6.600 metros. Por delante 300 metros para la cima. Siguen superando tramos de mixto de hasta M5, pero las malas condiciones meteorológicas les obliga a hacer un parón de tres días; tres jornadas enteras encerrados en la pequeña tienda colgada en la pared. Ya con mejor tiempo, el 22 hacen cima. Por detrás han dejado una nueva ruta de 1.800 metros de recorrido y dificultades técnicas de M5. Los japoneses la bautizan como Bushido.

El jurado ha tenido en consideración premiar esta primera vía directa a la norte del Kalanka por el estilo ultra ligero y pulido que han desarrollado los alpinistas en su apertura, así como por la capacidad de afrontar y resolver en plena autonomía la incógnita y la dificultad de la propia vía.

Y dicho de paso, no es para menos. Ascendida por primera vez en 1975 por un grupo japonés, recibía la primera vía por su vertiente norte dos años más tarde. Era una expedición checa que finalmente salió al collado entre el Kalanka y el Changabang. El año pasado también lo intentaron en alpino los británicos Nick Bullock y Kenton Cool, pero se quedaron con la miel en los labios ya que se encontraron pésimas condiciones en la cresta.

Sobresaliente la actividad firmada por la cordada japonesa que ha tenido como compañeros nominados a actividades realizadas en el Batura II, en el Meru Peak o en el Tien Shan. De los cinco nominados ninguna candidatura de un ochomil; todas las actividades que accedían al premio Piolet d´Or Asia estaban basadas en la exploración así como en las importantes dificultades técnicas de la escalada.