La retirada de las tropas de EEUU de Irak ya tiene un programa oficial
El Consejo de Ministros iraquí aprobó ayer el acuerdo de seguridad con Estados Unidos, por el que se establece que las tropas norteamericanas abandonarán el país árabe a finales de 2011. Es el primer paso en una nueva etapa por la que el Gobierno títere dispone de 36 meses para asegurar la estabilidad en el país. La capacidad de las fuerzas iraquíes para garantizar la seguridad de su castigado pueblo sigue suscitando dudas, sobre todo en Estados Unidos.
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Durante esos tres años, el Gobierno iraquí no sólo deberá confiar en la capacidad de sus fuerzas de seguridad, sino que tendrá que ejecutar complejas maniobras políticas para asegurarse el apoyo del clérigo chií Muqtada al Sadr, uno de los más firmes opositores al pacto.
El acuerdo será ahora remitido al Parlamento iraquí para su aprobación. No obstante, se espera una ratificación tranquila, ya que los componentes del Consejo de Ministros pertenecen a las formaciones políticas que controlan la mayoría de los escaños de la Cámara.
El acuerdo de seguridad garantiza, en líneas teóricas generales, la soberanía territorial de Irak a partir de 2009: Se establece que Estados Unidos no empleará el suelo iraquí como base de operaciones para atacar a un tercer país y declara que la permanencia en Irak de cualquier efectivo militar estadounidense a partir de 2011 dependerá del permiso del Gobierno de Bagdad. Además, el acuerdo aborda la posibilidad de que los soldados estadounidenses que cometan «delitos graves» en Irak puedan ser juzgados por tribunales del país árabe. En este sentido, fuentes de la Presidencia anunciaron previamente la creación de una legislación especial que tipificará con precisión estos delitos y en la que se delimitará con concreción el ámbito de actuación de las tropas de EEUU.
Proceso de retirada
En virtud de este pacto, las fuerzas estadounidenses comenzarían a dejar de patrullar en Irak a mediados del año próximo, iniciando un proceso de retirada que acabarían completando a finales de 2011. A lo largo de todo este tiempo, las fuerzas estadounidenses pasarían a responder ante las autoridades iraquíes, ya que el mandato de Naciones Unidas bajo el que operan actualmente las tropas de EEUU expira el 31 de diciembre de este año.
En relación a la capacidad de las fuerzas iraquíes, Bagdad no oculta su dependencia. «Somos autónomos en muchos ámbitos, pero aún necesitamos ayuda (de EEUU) para la vigilancia de las fronteras, la aviación, la marina y las herramientas antiterroristas sofisticadas, y tenemos que avanzar seriamente en materia de inteligencia», declaró a France Presse el consejero para la seguridad nacional Muafaq Al Rubai. «Hace ocho meses, preconi- zábamos el desmantelamiento de la policía nacional» por corrupción e ineficacia, admitía recientemente el general Frank Helmick, encargado de la formación de las fuerzas iraquíes.
Los primeros análisis políticos en la televisión oficial iraní indicaron que las autoridades podrían moderar su postura contra el pacto, al calificar la firma como de «victoria» para el Gobierno de al-Maliki.
Al menos quince personas murieron y otras veinte resultaron heridas poco después de la reunión del Gobierno por la explosión de un coche-bomba en Yalaula, a 65 kilómetros al este de Baquba, al noreste de Bagdad. El vehículo, que se encontraba estacionado en el centro de la localidad, estalló al paso de una patrulla policial, de la cual siete policías murieron y otros tres resultaron heridos. El atentado tenía como objetivo al general de la Policía, Ferhad Refaat, jefe del Departamento de Investigación Criminal de este cuerpo en Yalaula, que viajaba en el convoy y que salió ileso del ataque, según fuentes policiales. Todos los coches que constituían la patrulla resultaron dañados.
