Después de que la comisión de investigación sobre las irregularidades detectadas en el museo Guggenheim de Bilbo diera por concluida la ronda de comparecencias, ayer llegó el turno de que cada grupo presentara un borrador de sus conclusiones políticas. Se trataba de un día clave para ver el juego de mayorías que determinará un posible posicionamiento unitario de la comisión o si, por el contrario, habrá votos particulares. Tal y como transcurrió la comisión hay dos líneas claras: la mayoritaria, que exige que se pidan responsabilidades políticas, y la defendida por el PNV, que defiende que la situación actual no es reflejo de una falta de control. El consenso parece, por lo tanto, inalcanzable si los portavoces del PNV no cambian de actitud, con lo que el dictamen final se aceptará con votos particulares.

El desfalco de 556.481 euros por su ex director financiero, Roberto Cearsolo, y la operación fallida de compra de dólares que se saldó con pérdidas de seis millones de euros son los dos objetos de investigación de la comisión. En el primero, los grupos han aludido a la falta de mecanismos de control. De hecho, desde el año 1998 se dejaron de llevar a cabo las auditorías anuales. Leire Corrales (PNV) argumentó que las críticas, una vez conocido el desfalco son muy fáciles, a lo que su compañero de partido Ricardo Gatzagaetxebarria añadió que únicamente se deben a delitos perpetrados por Cearsolo y que no existió una falta de control. Respecto a las auditorías, aludió a que la ley mercantil exime de esta obligación a entes con un volumen de negocio como el del museo.

Respecto a la compra de dólares, Carmelo Barrio (PP) señaló que las comparecencias han dejado claro que no hubo un asesoramiento explícito demostrable por parte del BBVA, con lo que refuta las tesis defendidas por el director del museo, Juan Ignacio Vidarte, y la consejera de Cultura, Miren Azkarate.

Miembros de las sociedades

Las responsabilidades podrían afectar, entre otros, a los miembros de los consejos de administración de las sociedades tenedora e inmobiliaria del museo. La mayoría de los grupos también apuntaron la posibilidad de incluir recomendaciones en la parte final del dictamen de cara a establecer mecanismos de control eficientes en sociedades públicas como las que administran el museo Guggenheim.

En la reunión de ayer también se estableció cómo se elaborará el dictamen que posteriormente se elevará al pleno de la Cámara. Los grupos tendrán que elaborar un redactado que recoja las bases expuestas ayer antes del pleno de este viernes. Antonio Rivera (PSE), presidente de la comisión, repartirá todas las aportaciones entre los diferentes grupos y redactará un borrador que recoja todas las opiniones y que dará a conocer a los demás miembros el próximo día 28. Los grupos podrán analizar el documento antes de la próxima reunión de la comisión que se llevará a cabo el 2 de diciembre. Dicha cita, que se prevé larga, servirá para debatir las conclusiones, momento en el que la postura minoritaria del PNV se podría vehicular a través de un voto particular. Según cómo se desarrolle la comisión del día 2, podría convocarse una nueva reunión o pasar directamente al pleno. Algunos parlamentarios defendieron que se llevara a cabo un monográfico sobre el Guggenheim, aunque también se barajó la posibilidad de que la misma cita sirviera para tratar los resultados de la otra comisión de investigación, la que aborda las irregularidades del museo Balenciaga.