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El PS francés, a la busca de liderazgo

Royal no acepta su derrota y amenaza con ir a los tribunales

Ségolène Royal no acepta su derrota por tan sólo 42 votos de diferencia ante Martine Aubry para dirigir el PS y amenazó ayer con recurrir a los tribunales porque ha habido «trampas», en una maniobra que debilitará aún más a esta formación frente a la UMP de Nicolas Sarkozy. De momento, la decisión está en manos del Consejo Nacional del partido, que se reunirá este martes por la noche y que, en teoría, deberá validar la elección de Aubry.

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Martxelo DÍAZ | IRUÑEA

La candidata del ala derecha del PS francés, Ségolène Royal, no aceptó la derrota de las urnas y se declaró dispuesta a seguir enfrentándose a Martine Aubry, quien recibió 42 votos más de los afiliados en las elecciones internas para escoger a la nueva líder de la formación. Según datos del propio PS, votaron 137.116 afiliados, de los que 67.413 optaron por Aubry y 67.371 por Royal.

Manuel Valls, uno de los lugartenientes más destacados de Royal, advirtió de que emplearán «todos los medios políticos, jurídicos y judiciales» para contestar el triunfo. «Llamo a una revuelta de los militantes porque no ha habido una victoria de Aubry», destacó Valls, que volvió a reclamar una nueva votación.

«Estamos muy determinados a no dejarnos robar esta victoria. Utilizaremos todos los medios políticos, jurídicos y judiciales», destacó Valls.

François Hollande, primer secretario del PS, el cargo al que optan Aubry y Royal, anunció a France Presse que el partido reunirá a su Consejo Nacional el martes por la noche «para pronunciarse sobre el resultado y designar a la próxima primera secretaria».

Preguntado sobre la amenaza de los royalistas de acudir a los tribunales, Hollande se limitó a señalar que «hay que respetar el voto, las reglas y las instancias del partido».

«Hay que recordar que ya se ha votado y es necesario estudiar todas las conclusiones que emergen de esta votación ante de anunciar un futuro», proclamó Hollande, que, no obstante, señaló que «cualquier irregularidad que pudiera detectarse debería ser investigada a fondo».

«Me corresponde pedir a las candidatas que hagan gala de sangre fría en este escenario, que es un desafío democrático, al estar separadas por tan poco diferencia de votos», declaró Hollande a France Info.

«Lo mejor para que el resultado sea lo más indiscutible posible es que sea ratificado por un Consejo Nacional», insistió Hollande.

El anuncio de la victoria de Aubry, pasadas las seis de la madrugada de ayer tras un recuento de las votaciones agrupación por agrupación, provocó las iras de los seguidores de Royal, que afirmaron que había habido «trampas».

Frente a las quejas de los royalistas, los seguidores de Aubry argumentan que las elecciones para elegir a la nueva primera secretaria del PS ya se han celebrado y que no existen razones suficientes para tener que realizar un nuevo escrutinio. «No tiene razón de ser una nueva llamada las urnas porque hay un resultado claro, guste o no», declaró la propia Aubry.

Mal escenario para el PS

En cualquier caso, estos resultados forman uno de los peores escenarios para un PS que aspira a hacer sombra al presidente de la República, Nicolas Sarkozy, ya que en vez de centrarse en articular la oposición a la derechista UMP, la nueva primera secretaria tendrá que resolver primera cómo restañar las heridas que estos comicios.

La radiografía que esta segunda vuelta de las elecciones internas han realizado de la situación del PS muestra un partido en el que conviven dos tendencias enfrentadas y con un peso similar. Por un lado, está Ségolène Royal, quien perdió las elecciones presidenciales ante Sarkozy con un discurso vacío de contenido y jugando fundamentalmente la carta del marketing. Su objetivo es centrar (o derechizar) el PS intentando atraer votos en caladeros de la centrista UDF o de la propia UMP.

Frente a ella, se encuentra Martine Aubry, la alcaldesa de Lille, que ha sido capaz de atraer el voto de los candidatos que comenzaron la carrera hacia la Primera Secretaría. Tanto el alcalde de París, Bertrand Delanoë, como el eurodiputado Benoît Hamon, hicieron llamamientos a sus seguidores a votar a favor de Aubry para frenar las posiciones de Royal en el seno del PS.

En principio, el escenario más probable es que el Consejo Nacional del PS ratifique la elección de Aubry y ésta sea nombrada primera secretaria. Una nueva convocatoria electoral interna podría ser desastrosa para el PS.

De todos modos, el camino que se abre ante Aubry no será sencillo de gestionar, ya que tendrá que ser consciente de que la mitad del partido no le apoya en su tarea de intentar que el PS recupere sus señas de identidad y convertirse en el referente de la oposición de izquierdas a Sarkozy.

El nacimiento del Nouveau Parti Anticapitaliste (NPA) de Olivier Besancenot, surgido de la trotskista e histórica LCR, ha generado nerviosismo en sectores del PS, que veían en el desdibujamiento de las políticas socialdemócratas que Royal propugnaba uno de los motivos del auge de esta formación refundada a su izquierda.

La situación, por tanto, no será agradable para Aubry -ni para Royal si sus maniobras logran algo más que seguir desgastando al PS-. El director de investigación del instituto Sciences Po, Gérard Grunberg, calificaba la situación en el seno del PS de «conflicto irresoluble».

«El odio es tan grande que es imposible que se unan, que se reconcilien. No hay ni proceso ni reglas ni instancias que puedan arreglar esta crisis», destaca Grunberg.

Con un resultado cercano al 50/50, «no hay solución posible, nadie puede tener la completa legitimidad, no hay verdaderos vencedores ni verdaderos perdedores ni solución de reconciliación».

«El partido de Epinay [congreso del PS en el que se impuso François Mitterrand en 1971] está muerto y no se sabe qué va a salir de hay», añadió Grunberg.

Pascal Perrineau, director del Centre d'Études et de Vie Politique (Cevipof), las dificultades del PS provienen de la «personalidad, las referencias y el estilo de Ségolène Royal, que seducen a una parte del aparato, pero desorientan y dan mucha dentera a otros, lo que provoca hostilidades».

Dominique Reynié, profesor de Sciences Po, en cambio, puso en duda el triunfo de Aubry. «Ha sacado 42 votos más, pero no ha vencido porque no ha sido capaz de movilizar a la mayoría».

La ministra de las 35 horas semanales

Cécile FEUILLATRE

Martine Aubry, especialmente conocida como la impulsora de las 35 horas, una de las reformas sobre las que más se ha debatido en los últimos diez años en el Estado francés, ha vuelto al frente de la escena del PS reivindicando anclarse en la izquierda.

De 58 años, hija del ex presidente de la Comisión Europea Jacques Delors, Martine Aubry ha vuelto al primer plano tras años de silencio y desengaños electorales en su feudo del norte del Estado francés.

Divorciada, madre de un hijo, esta mujer rubia con cabellos cortos, de estilo sobrio y casi austero, se ha presentado como la antítesis de Ségolène Royal, a quien se le ha acusado frecuentemente de jugar la baza de la seducción y de utilizar el glamour en la política.

Enarca [alumna de la Escuela Nacional de Administración], experta en cuestiones sociales, esta mujer de fuerte carácter casi había desaparecido de la escena política francesa en los últimos años. Era la «gran quemada de los años de Jospin», como la calificó la revista «Le Nouvel Observateur».

Martine Aubry fue ministra de Empleo en el Gobierno del primer ministro Lionel Jospin de 1997 a 2000 e impulsó una reforma emblemática, y contestada, para reducir a 35 horas la jornada laboral semanal. Diez años después, la ley de las 35 horas, que Aubry sigue defendiendo a capa y espada, es una de los principales objetos de crítica de la derecha.

Aubry ya fue ministra de Trabajo en un Gobierno del PS entre 1991 y 1993. En el ámbito local, ha sido diputada del departamento de Nord desde 1997 a 2002, antes de conocer un cruel revés ese año frente a un candidato de derecha desconocido.

Es la alcaldesa de Lille, capital del departamento de Nord, desde 2001, una posición que le ha asegurado el apoyo de la potente federación del PS en este departamento.

Su reelección en las pasadas elecciones municipales de marzo con un 66,5% de los votos y su posterior elección como presidenta de la Comunidad Urbana Lille Métropole marcaron su retorno a la primera línea de la política francesa.

Se proclama al margen de cualquier corriente, pero ha fustigado el liberalismo, se ha proclamado de izquierdas y ha rechazado cualquier pacto con el centro.

«como florida»

Los seguidores de Royal trataron de ensuciar la victoria de Aubry, denunciando la existencia de trampas. Llegaron a comparar estas elecciones con las Presidenciales de EEUU de 2000 en Florida.

42 votos

La victoria de Martine Aubry se produjo por una diferencia de sólo 42 votos. Aubry logró 67.413 votos en las elecciones internas del viernes, mientras que Ségolène Royal se quedó en 67.371.

alegría en la ump

«Este partido que ha decidido que no es capaz de elegir ha estallado», se alegró ayer el portavoz de la UMP, Frédéric Lefebvre, mientras que Dominique Paillé, otro portavoz, ironizaba sobre «la capacidad de autodestrucción que tiene el PS».

El Consejo Nacional es favorable a Aubry

La composición del Consejo Nacional del PS que se reunirá el próximo martes por la noche es favorable a Aubry, ya que Royal logró sólo el 29% de los votos en la primera vuelta celebrada el 6 de noviembre. Bertrand Delanoë y Benoît Hamon han pedido a sus seguidores que se apoye a Aubry. M.D.

nord y seine-maritime

Los departamentos de Nord (feudo de Aubry) y de Seine-Maritime (de su aliado Laurent Fabius) centran las sospechas de fraude de Royal. Aubry apuntó a que en la colonia de Guadalupe hubo un salto espectacular de los votos a favor de Royal.

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