El cross vuelve a escena en tiempos de crisis, no sólo para el atletismo, también para el mundo
Con la economía del planeta en recesión y el atletismo manteniéndose a flote contra viento y marea, se acaba de abrir la temporada de cross en Euskal Herria. Organizadores de algunas de las pruebas más prestigiosas opinan que también en esto la crisis se va a notar.
Miren SÁENZ
Los tiempos en que los atletas corrían por nada o casi y se conformaban con obsequios pasaron a la historia. El dinero hace tiempo que se convirtió en ingrediente imprescindible para poder organizar una carrera de cierto nivel. Las pruebas internacionales de campo a través en Euskal Herria forman parte de la tradición y eso ha permitido que anualmente lugares como Mintxeta o el hipódromo de Donostia sigan gozando de la presencia de un público que accede al espectáculo deportivo previo paso por taquilla. Algunas de estas competiciones han sobrepasado de largo las bodas de oro, así que conservan historias repletas de leyendas del pasado como las actuaciones de Zatopec o Mamo Wolde y del presente, al estilo de las intervenciones de Kenenisa Bekele o Paul Tergat.
Con la temporada de campo a través en marcha y la crisis asomando a todas horas por los medios de comunicación, los responsables de algunas de las citas vascas temen también las consecuencias de la maltrecha economía. Javier Aparicio, presidente del Club de Atletismo Laudio, la entidad encargada de manejar el Cross Internacional Valle de Llodio, cree que «nosotros particularmente la vamos a notar. Evidentemente mientras más ayuda institucional tengas este año igual no se nota, quizás el que viene. Pero los que tenemos un presupuesto mixto -60% ciento lo aportan las instituciones y un 40% privado- claro que la vamos a sentir porque a nivel de empresas las cosas están complicadas», afirma.
Laudio, el único cross vasco incluido esta temporada en la Asociación Europea, el pasado año alcanzó los 102.000 euros de presupuesto. Éste ha rebajado sus pretensiones a los 93.000 y eso que cumplirá el próximo domingo su edición número XXV, una cifra redonda que suele implicar ciertos extras. Les hubiera gustado celebrarlo más a lo grande, pero el club no contempla partidas para este tipo de cosas, así que se impone la discreción y se limitarán a tener pequeños detalles con los colaboradores habituales.
La calidad de la prueba, que ha contado con medallistas olímpicos y mundiales, no se va a resentir, aunque sí afectará a los participantes de nivel medio «porque el corte hay que meterlo por algún lado», admite. Aparicio destaca, sin embargo, que la cita alavesa es la que más gente congrega vestida de corto: «Nosotros invertimos también en participantes modestos. Queremos que no sólo haya pruebas internacionales con atletas de élite, sino que haya mucha participación y bastante ambiente. Eso lo cuidamos». Tanto que hacen 325 camas en albergues de Orduña, Gasteiz y Plentzia para instalar al personal invitado a la fiesta atlética y destinan 10.000 euros a este apartado. Esta filosofía contribuye a reunir a 40 atletas en la prueba senior femenina, la más complicada respecto a la cantidad -tal y como evidencian el Cross de la Gimnástica de Ulia y el de Donostia- y a superar el centenar en la masculina, sin olvidar a las nuevas generaciones repartidas en las categorías inferiores.
Zigor Díez, miembro de la organización del Memorial Juan Mugerza, también piensa que la crisis se va dejar notar. «Aunque lo lógico sería que si hay rebajas sean para todos» en referencia a otras tarifas. Su visión no ha cambiado: «Hay que trabajárselo y hay que ir a buscar patrocinadores, si no no hay nada que hacer», considera. Elgoibar, que otorga a sus atletas trato familiar, se las arregla con 105.000 euros, procedentes en un 60% de la empresa privada y en un 40% de fondos públicos.
Puntuación
Con el sistema de puntos, impulsado por la Federación Española y fundamental para establecer la categoría de las competiciones, «los españoles están muy primados y eso es determinante. Pero para tener un cross de primer nivel tienes que contar con los mejores, y esos son los africanos», coinciden ambos organizadores. Anda Zigor intentando completar una cabeza de carrera espectacular. No lo tiene fácil, por Elgoibar han pasado y han ganado en los últimos tiempos los etíopes más brillantes: Bekele y Shigine, mientras hace unos años no lo consiguió Gebreselassie. A veces las circunstancias deparan sorpresas agradables. La más reciente fue el descubrimiento de Leonard Komon, el vencedor de la última edición.
Los fieles a Mintxeta vivieron el debut en Europa del hombre que un par de meses después se proclamaba subcampeón mundial en Edimburgo por detrás del gran Bekele. El keniata viajó a Elgoibar en sustitución de su compatriota Moses Mosop, entonces subcampeón mundial, que en medio del conflicto desatado en Kenia causó baja. Komon aprovecha el tirón y ha hecho caja en Atapuerca, Quintanar de la Orden, donde de paso se llevó su peso en vino y queso, y Soria, mientras Zigor le quiere de nuevo, «aunque está corriendo demasiado», menciona.