Liga ACB Iurbentia Bilbao Basket
Los bombardeos arrasan La Casilla
El chaparrón de triples de DKV Joventut cimentó el triunfo visitante, a pesar de la heroica reacción de los locales en el tercer cuarto.
Arnaitz GORRITI | BILBO
No obstante, el mayor de los detonantes de la pirotecnia que se desencadenó ayer noche en La Casilla fue la impresionante reacción local. A pesar de la derrota y de ofuscarse, al encontrarse con opciones de ganar, tras pasar de un 35-65 a un 76-80 en menos de diez minutos. Un partido tenso y duro, pero con marcador digno de NBA. ¿Cómo no se iba a quebrar por completo La Casilla?
El conjunto de Sito Alonso salió con el puñal entre los dientes. Con Wright y Mallet dirigiendo las operaciones y todo el conjunto clavando triple tras triple, los hombres de negro caían en la desesperación de saberse inferiores. El 16-25 del primer cuarto aventuraba un mal desenlace, pero ni de lejos toda la emoción que se iba a vivir.
Porque el segundo cuarto merece pasar a la antología de la ACB como uno de los más polémicos y acertados. Polémicos por la bochornosa actuación de los colegiados Mitjana, García González y Peruga; y acertados por la impresionante serie de 12 de 15 en el tiro de dos y de tres de la Penya. La indolencia defensiva local ayudaba al bombardeo incesante y -¡qué menos!- todo estaba perdido en el 35-65. No obstante, un tímido despertar llegaría al descanso con un parcial de 7-0. ¿Reacción? Sólo pensarlo era una locura.
Con la ayuda de una afición entregada hasta el extremo -mensaje para las de otras canchas; así se anima- el cuadro local le dio la vuelta al panorama. A pesar del acierto rival, Vidorreta se la jugó con una zona 2-3 que, milagro, resultó. O casi.
Remar para morir en la orilla
Del 42-65 adverso se llegó a rozar la proeza: 76-80. Todo a partir del buen juego, la defensa más allá de cualquier límite conocido y, ante todo, la fe, con la ayuda de un pabellón que volvió a enseñar cómo se empuja. Con Salgado en el banquillo y Seibutis y Blums a tope de revoluciones, Bilbao Basket remó y remó, pero murió en la orilla.
Porque para hacer realidad una remontada de 30 puntos hay que ponerse por delante. El final del tercer cuarto, 76-81, supuso el fin de la gasolina local. Jugadores conocidos por su «sangre de horchata» como Ribas, Hernández Sonseca o Bogdanovic acertaron tiros claves y el partido se fue al 100-116 final.
La Copa se aleja un poco más, y Drago Pasalic se tuvo que retirar lesionado por culpa de un golpe. No obstante, ¡y qué! Bilbao Basket debe encontrarse en la garra del tercer cuarto.