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Tercera jornada de las semifinales del Cuatro y Medio

Barriola ganó, pero el juez Ogeta dictamina sentencia

Abel Barriola venció ante un resucitado Titín en un durísimo partido que llegó a los 306 pelotazos.

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TITIN III 19

BARRIOLA 22

Koldo AKORDARREMENTERIA | IRUÑEA

Ya se sabía que del partido de ayer no iba a salir ningún finalista, pero algo se ha aclarado sobre el tema. De buenas a primeras, Titín queda fuera y el abanico de posibilidades de días pasados queda reducido. Pese a que a muchos les pueda parecer que este año está más complicado calibrar las opciones de cada uno, en el fondo es más sencillo de lo que parece.

Con el triunfo del de Leitza por 22-19 pueden darse hasta tres casuísticas diferentes. La primera, que Olaizola se lleve el gato al agua y el de Goizueta protagonice la finalísima con Barriola. Una segunda, que también le permitiría a Aimar estar en el último partido, siempre y cuando llegue al séptimo tanto, pero en ese caso su contricante por la txapela será Martínez de Irujo. Por último, si el menor de los Olaizola no supera esa barrera, sería el de Ibero junto a Barriola quienes pugnarían por hacerse con el campeonato. La solución, a partir de las 17.00 con las cámaras de ETB1 como testigos.

Partidazo en el Labrit

La tercera jornada de las semifinales del torneo tuvo ayer un gran inicio. Seguramente el Labrit de Iruñea fue testigo de uno de los partidos más emocionantes del campeonato. Barriola y su látigo ante Titín y su remate. El inicio del encuentro presagiaba, para pena de todos, la continuidad de las dinámicas de cada pelotari.

Barriola se encontraba cómodo, hábil de piernas y con mucha confianza, mientras que el de Tricio estaba torpe, inseguro y rabioso. La confianza de los apostadores en Titín tocó fondo antes del partido de ayer. «Visto lo visto no tiene mucho sentido apostar por él», fue la injusta frase que se oyó en la cancha y que a alguno casi le cuesta un disgusto en el tramo final del partido.

Y es que el riojano no dijo la última palabra hasta el final. Sus más fieles seguidores se negaban a pensar que el riojano fuera a despedirse de esa manera del campeonato. Ya no importaba tanto que no venciera algún partido, sino que se fuera del torneo sin dar espectáculo. Y así la segunda parte del encuentro cogió otra dirección. Para entonces, el marcador reflejaba un abultado 17-10 a favor de Abel. Pero la gente quería disfrutar de la pelota, quería seguir comprobando que Titín tiene cuerda para rato.

Y así fue. El orgullo del guerrero herido salió de su corazón y se trasladó a brazos y piernas, firmando una segunda parte de partido excepcional. Más mérito todavía saber que al conseguir Barriola su tanto catorce, Titín perdía todas sus remotas opciones por entrar en la final.

El de Tricio volvió a disfrazarse del pelotari que hace de la defensa el mejor ataque y del ataque, su mejor defensa. Hizo correr a Barriola, le cortó todos los peloteos que intentaba el zaguero y finalizó todos los tantos que pudo. Sin embargo, el leitzarra no perdió los papeles y, aunque con un final de partido más apretado de lo esperado, acabó venciendo en un envite que, siendo objetivos, mereció ganar.

«Titín no se ha entregado, aun sin tener ninguna opción de pasar a la final, y eso dice mucho de su talla como pelotari», comentó el siempre comedido Barriola, quien añadió que la clave del triunfo fue básicamente que «a mí me salió todo al principio y a Augusto, no».

 

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