Amaia Andrieu y Koldo Callado no ocultan que aún no han desojado la margarita sobre su posición ante la cita electoral.

La derrota de Juan Ignacio Pérez Iglesias en mayo abocó a la UPV-EHU a una situación de interinidad, ¿las elecciones van a despejar el camino?

Amaia ANDRIEU.- No. Los problemas que tiene la Universidad van más allá de los comicios. Son los mismos desde hace muchos años. No sé si va a haber cambios pero vamos a trabajar porque haya cambios efectivos. Vamos a tratar de lograr compromisos en la medida en que sea posible con el equipo rectoral que salga y vamos a seguir planteando nuestras reivindicaciones e intentando, por supuesto, hacer seguimiento de los compromisos que podamos adquirir por las dos partes.

¿Han mantenido contactos con Goirizelaia y Esteban?

Koldo CALLADO.- Sí. Solicitamos entrevistarnos con los dos candidatos para tener un intercambio de ideas y plantearle las nuestras. Iñaki Goirizelaia ha accedido y, por desgracia, Marisol Esteban, aduciendo problemas de agenda, ha decidido no entrevistarse con nosotros.

¿Qué postura mantienen ante la cita electoral?

A.A.- Todavía no lo hemos decidido. Hay sentimientos muy encontrados en el seno de la plataforma: una parte no ve diferen- cias entre las dos ofertas y otros piensan que una de las opciones va a significar un proceso de involución que puede resultar peligroso para el futuro. El martes vamos a tener un Claustro para la presentación y discusión de los proyectos de Marisol Esteban e Iñaki Goirizelaia y después, con todos los datos en la mano, decidiremos lo que vamos a hacer.

K.C.- Tenemos claro que el programa de Marisol Esteban representa una vuelta a atrás pero lo que tampoco vamos a hacer es pedir el voto a Goirizelaia simplemente porque viene la amenaza de la involución lingüística con Esteban.

El euskara vuelve a ser eje de la campaña. ¿Hay visos de avance en el proceso de euskaldunización o riesgo de retroceso?

K.C.- Hay un peligro evidente de involución porque cuando ya toda la comunidad universitaria tenía asumido una serie de planes directores de euskara, que llevaban a un avance lento en la euskaldunización, asociado no debemos olvidar a la demanda creciente del alumnado, ahora Marisol Esteban plantea volver hacia atrás. Vuelve a romper con la unanimidad, plantea la contratación de profesorado monolingüe en castellano, una moratoria en la euskaldunización del PAS y, en general, oferta un proceso recesivo.

La Universidad está en una encrucijada. En los próximos cuatro años, cerca de 300 profesores se van a jubilar. Esas plazas se han de cubrir y lo que se plantea es condicionar el futuro de la Universidad. En esas plazas, que todo el mundo tenía asumido que debían ser bilingües porque así lo exigen los estudiantes, la candidatura de Esteban plantea que a eso hay que darle un vuelta y pueden ser nuevamente monolingües, lo que va a condicionar y parar en seco el pequeño avance que estaba previsto para los próximos años en cuanto a la euskaldunización de la Universidad.

¿Es posible otra universidad?

A.A.- Los ejes que planteamos ya los propusimos en mayo. Es importante que al euskara se le dé la importancia que creemos que tiene. La UPV tiene una gran responsabilidad social respecto al euskara porque es la universidad pública más grande, y si no abandera la producción de conocimiento en euskara el resto no lo van a hacer o lo va a hacer en menor medida.

Nos parece escandaloso que mientras se están planteando estructuras para compartir servicios, información, investigación, conocimiento con universidades del Estado español, e incluso al hilo de Bolonia se plantea una serie de convenios y relaciones con universidades a nivel internacional, se está obviando la mayor. Aquí nadie ha hablado de intentar estructurar el espacio universitario de Euskal Herria, intentando establecer un marco de relación estable con el resto de universidades vascas. ¿Cuándo vamos a hablar en serio de mapas de titulaciones pero en función de las necesidades de Euskal Herria?

K.C.- La UPV-EHU debiera tener un funcionamiento más democrático. Llevamos muchos años soportando un sistema donde prima la jerarquía de los funcionarios españoles y se obvia la opinión, en temas importantísimos como son Bolonia o el desarrollo de la universidad, de otra serie de colectivos como los estudiantes, los profesores contratados laborales, del personal de administración y servicios (PAS). Entendemos que para un funcionamieno más democrático de la Universidad, como nosotros aspiramos, debiera tenerse en cuenta la opinión de todos los que trabajamos y construimos día a día esta universidad.