Jugar en una cancha como la Fonteta, ante un entrenador que conoce tan bien tus virtudes y limitaciones como Neven Spahija, y hacerlo con dos de tus pívots con valoraciones negativas, cogiendo entre tres de los interiores sólo dos rebotes para un diferencial de -16 y sin un recambio capaz de dar dos minutos de descanso a tu base titular es una especie de suicidio. Sin embargo, el momento dulce de Igor Rakocevic y Tiago Splitter, dos de los jugadores más determinantes en su posición de Europa, con la buena aportación de un Pete Mickeal mejorado, sirvieron para que un Baskonia mucho más sólido lograse una importante victoria que los mantiene como sólidos líderes de la competición.

El Baskonia arrancó el partido con la lección bien aprendida de Badalona y ajustó su defensa hasta el punto de provocar que el equipo taronja cometiera diez pérdidas en el primer parcial. Con el primer axioma cubierto, la fluidez ofensiva de Rakocevic por fuera y Splitter por dentro hicieron el resto para llevar la diferencia hasta los quince puntos 27-12 tras diez minutos.

La esperada reacción de los valencianos llegó en el segundo cuarto, cuando los de Spahija adelantaron las líneas defensivas y frenaron el vendaval ofensivo azulgrana, a medida de que Prigioni fue también acusando el cansancio. Teletovic fue el único que vio aro entre los de Ivanovic, pero su presencia acrecentó una de las mayores fallas de los gasteiztarras, su rebote defensivo, por donde Pamesa encontró la vía por donde acercarse en el marcador. La eclosión de Rafa Martínez puso a su equipo a dos, pero dos canastas en los últimos segundos de Teletovic y Rakocevic dieron algo de aire para dejar la renta al descanso en seis puntos.

Volvió a reaccionar el Baskonia, primero desde una técnica señalada al banquillo en el descanso y después desde el momento dulce por el que atraviesan Splitter y Rakocevic, acompañados en esta ocasión por Mickeal y Vidal. La tercera falta del brasileño, que no encontró relevo en los ayer negados Barac y un McDonald que se pareció alarmantemente al de la pasada temporada, agrandó el agujero interior, la única vía por la que la victoria corría peligro. Estas circunstancias acrecentaron el cambio de estilo que Neven Spahija ha introducido en el Pamesa, que ha dejado de jugar para sus dos estadounidenses y cargar mucho más su juego bajo canasta. Las buenas penetraciones de Vidal, terminadas en tiros libres, aumentaron la renta a defender para el último cuarto a 13 (53-66).

Teletovic de tres

Pese a la última embestida taronja, recuperando su run&shoot (correr y tirar) de Williams y Douglas y a la cuarta falta personal del único pívot del equipo que se fajaba para cerrar el rebote, el Baskonia no pasó demasiados apuros para conservar la victoria en el último cuarto.

Y es que, aunque parezca tenerle alergia a jugar dentro de la pintura, el Baskonia cuenta en sus filas con un cuatro capaz de romper cualquier partido. Mientras la mayoría de los jugadores interiores adorna sus estadísticas buscando los rechaces del aro, Mirza Teletovic arregla sus números gracias a su prodigiosa muñeca y sus tres triples del último cuarto, para un total de cinco, acabaron con cualquier intento de los de Spahija para cerrar el marcador, que terminó señalando un 73-91.