Las máquinas de las obras de la Supersur trabajan en las últimas semanas en el entorno del arroyo Bolintxu, el espacio de mayor valor ecológico del macizo de Pagasarri-Ganekogorta. La presencia de perforadoras acometiendo sondeos y la construcción de una nueva pista para facilitar el movimiento de vehículos pesados son buena muestra de ello, según denuncian paseantes habituales de este pulmón verde de Bilbo.

Al menos dos máquinas perforadoras trabajan en la ladera sur de Arnotegi, coincidiendo con la vertical de los futuros túneles que atravesarán este monte en dirección a Beteluri. Para alcanzar este punto de conexión con la A-68 se construirá sobre el valle de Bolintxu un viaducto de 160 metros de longitud y de 42 metros de altura.

Montañeros y ecologistas temen que, una vez que se inicie la excavación de las galerías de 1.745 metros de longitud en Arnotegi, las voladuras para progresar en su interior causarán molestias a los vecinos de San Junto y, por extensión, a los de Buia, ya que la salida del otro extremo del túnel irá a dar a este barrio rural de Bilbo.

La ubicación de las perforaciones está obligando a abrir accesos a lugares recónditos de este pequeño monte que hasta ahora estaban en magnífico estado de conservación, por encima del sifón del Consorcio de Aguas. En las pistas que ya existían el tráfico de camiones ha originado grandes destrozos, acrecentados por los trabajos de colocación de arquetas de trasvase de aguas de escorrentía.

Quienes habitualmente frecuentan Pagasarri denuncian que los trabajos previos de la Supersur están destrozando caminos forestales que se mantenían en buen estado.