El jueves, cuando lo principal para el Consejo podía ser la rueda de prensa de Lillo en la que se alegraba por poder contar en Vigo con el jugador con el que Badiola ha comprometido a la Real a pagar sólo en ficha más de una décima parte de los ingresos que es capaz de generar en Segunda, la web oficial del club convirtió en la noticia más importante durante todo el día el anuncio de un requerimiento de rectificación a este medio en base a un informe firmado por una empresa informática.

Su representante dejó claro el sábado en GARA que en ningún caso llegan a la conclusión de que no existiera incidente informático, sino que se limitan a constatar que semanas después de la denuncia sí se puede agregar un ordenador al dominio Real Sociedad, sin poder determinar si antes podía hacerse y quién y cuándo ha cambiado algo para permitir que eso suceda.

La empresa añade que el informe es redactado por el Consejo y firmado por ella y muestra su desacuerdo con la interpretación de estas conclusiones: «La red de la Real Sociedad tiene una configuración de seguridad actual que permite el acceso denunciado. Esta configuración puede considerarse baja o bastante permisiva en el aspecto de acceso al contenedor de objetos de LDAP por parte de usuarios básicos de la red. La configuración habitual en la instalación por defecto de redes es de nivel más alto, no permitiendo el acceso denunciado. Esta situación puede llevar a un administrador a la errónea conclusión de que han descifrado la contraseña del administrador. En estos momentos los miembros del comité de informática trabajan entre otros proyectos en incrementar la seguridad de la red y los sistemas de información asociados a la misma».

La cronología de este caso

Ante las graves acusaciones infundadas realizas por el Consejo por este caso informático, cabe recordar que el 13 de setiembre GARA publicó una información en la que se da credibilidad a una denuncia interna de un grave incidente informático como es descifrar la contraseña de la red para agregar un ordenador, pero no se le da mayor relevancia, apenas 12 módulos de los 50 en los que se divide una página.

GARA publica el 14 de octubre una primera solicitud de requerimiento del Consejo, junto con la denuncia interna en la que se basa la información y la versión que da el portavoz Antoñana y el propio protagonista, que comparte el calificativo de «grave incidente» a lo sucedido, aunque para él la gravedad está en realizar una denuncia falsa. Ese día GARA plasma las dos versiones del incidente y tres días después se da además la opción al portavoz del Consejo para dar su opinión del caso.

La situación actual de este tema es la misma que la de hace un mes y medio. Hay dos versiones y sólo los dos protagonistas saben cuál de ellas es la verdadera. A este medio y este periodista sólo se les podrá acusar de dar credibilidad cuando publica la denuncia de una persona que sigue como responsable informático del club tras realizarla y sobre la que las informaciones recabadas antes y después de la misma avalan su prestigio y profesionalidad.

Cuestión de credibilidad

El Consejo da credibilidad a la versión de la persona que entra como becario o estudiante que hace un trabajo de final de carrera, pero tampoco sabe que sea la verdadera porque si fuera así ya lo habría demostrado y despedido al anterior responsable informático por este motivo y no alegaría motivos económicos como hizo al destituirle.

En este tema es la versión de uno y de otro y lo mejor para los dos es no darle más vueltas. Sin embargo, el Consejo pide a la empresa que firme ese informe para intentar desacreditar primero al responsable informático anterior con una nota en la web sin publicar el documento. Curiosamente, varias semanas después, y justo coincidiendo con los días en los que GARA desvela las conclusiones más significativas de la due diligence y de la auditoría legal, se vuelve a utilizar el informe para intentar desacreditar a este medio y a este periodista. Pero sólo desacredita al que intenta desacreditar, que queda en evidencia cuando la empresa a la que utiliza se ve obligada a tener que mostrar públicamente su desacuerdo con la interpretación que el Consejo da a las conclusiones que accede a firmar.

Y hasta que alguien pueda confirmar qué versión es la real, este tema al que GARA no le dio mayor importancia -una quinta parte de una página cuando con todas las noticias exclusivas publicadas sobre la Real durante este año se podría escribir un libro- se utiliza para intentar desacreditar las restantes informaciones. El 95% de las mismas tienen una base documental que obra en poder de GARA y el Consejo, que debería presentar estos documentos y no requerimientos para acusar a alguien de «falsas informaciones».