Mata a su actual pareja e hiere a dos testigos durante un permiso en Pontevedra
GARA |
Maximino Couto, de 60 años, cumplía una condena de dos años y siete meses de prisión por amenazas a su ex esposa. La dirección de la cárcel de A Lama, en Pontevedra, le concedió un permiso penitenciario de cuatro días, que aprovechó para matar a su actual compañera, herir de gravedad a un matrimonio vecino de su ex esposa que había declarado en el juicio y acuchillar en un brazo a un policía en el momento de ser detenido.
Este nuevo caso de violencia machista se produjo en la tarde del sábado en Ponte Caldelas. Tras matar en su domicilio a su actual compañera, María José Peso, de 57 años, acudió a la vivienda de su ex esposa, que no se encontraba, e hirió de gravedad a la pareja de vecinos que había testificado en el juicio.
Couto llevaba un dispositivo de GPS en su muñeca programado para que se activara en el momento en el que se acercarse a la zona de exclusión, en este caso, el domicilio de su ex. La alarma nunca se activó.
Aunque hubiera funcionado, tampoco se hubiera evitado el fallecimiento de su actual pareja -que no había presentado ninguna denuncia contra él-, ya que fue después de matarla cuando se encaminó a la vivienda de su anterior compañera.
Además de los posibles fallos técnicos, se analizan las circunstancias del permiso carcelario. La dirección de la cárcel lo intentó justificar diciendo que la propia víctima había hablado con el director de la prisión, José Antonio Gómez, para supuestamente reclamarle ese permiso y quejarse por el trato que su pareja estaba recibiendo.
«Conducta normal»
En declaraciones a la Cadena Ser, Gómez sostuvo que la víctima le «suplicó» la concesión del tercer grado. «Incluso me sorprendió que incidiera en que había una persecución hacia su compañero», señaló.
Añadió que el agresor cumplía todos los requisitos para obtener el permiso y que su conducta era «normal». «A veces los informes fallan, porque no podemos saber lo que hay en la mente humana», alegó.
«El centro adoptó las medidas necesarias. Se le comunicó la salida de permiso a la unidad de violencia de género, a las Fuerzas de Seguridad, al Servicio gallego de Protección de Igualdad del Hombre y la Mujer, además de la instalación del GPS», dijo.
Por su parte, el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, reconoció que «cada caso de violencia machista es un fracaso, porque cada vida tiene un valor infinito. Cada muerte es una tragedia para todos, que delata una sociedad enferma que esconde sus problemas».
Ayer mismo, un hombre mató a su compañera en Valencia y luego intentó suicidarse.