El novato viajero Bilbao Basket jugó con fuego al apurar al máximo el período de aclimatación en su primera salida europea. Tras tres nefastos cuartos en los que los bilbainos se vieron atosigados y perdidos por la presión de los bases montenegrinos a los organizadores de negro, los de Vidorreta enchufaron su defensa (una buena zona 1-3-1) en el momento justo y el acierto de Recker y Lewis desde el exterior y la clarividencia y la fe del capitán Salgado obraron el milagro de una remontada imposible, con un parcial de 7-22 en el último cuarto.

Pese a los dos prometedores primeros minutos, al Bilbao Basket le costó horrores meterse en el partido, en una cancha mucho más fría de lo esperado. Con la venia de un arbitraje «europeo» Gordic y sobre todo Otasevic agobiaron a los bases vizcainos hasta el punto de que el mero hecho de pasar el centro del campo era ya un éxito y, en esta tesitura, el ataque de los de Vidorreta careció de cualquier atisbo de fluidez. Acciones aisladas de Weis bajo los aros fueron los únicos recursos ofensivos y el talentoso equipo montenegrino tomó el mando del marcador, llegando a manejar rentas bastante cómodas.

Jugándose las jugadas en continuos 1x1 con los cinco jugadores muy abiertos y gran acierto desde el exterior, el equipo montenegrino, con seis triples en la primera parte, abrió una considerable brecha de la mano de Gordic, Micov, Otasevic y Dasic. Por contra, ni los exteriores del equipo vizcaino ni Banic conseguían entrar en juego y los porcentajes de los dos primeros cuartos fueron muy malos, con 2/8 en triples y un 50% en tiros de dos.

Estilos opuestos

Con muy poco rigor táctico colectivo pero explotando el talento individual de los jóvenes balcánicos en muy buenos porcentajes, el Buducnost se presentó en el último cuarto con trece puntos de ventaja y muy malas perspectivas para los inquilinos de La Casilla. Ni siquiera los minutos que Vidorreta dio a Pasalic sirvieron para ir minando desventajas.

Sin embargo, la zona 1-3-1 pudo realizar en el último cuarto lo que hasta entonces no habían podido ni la 2-3 ni la individual dispuestas por Vidorreta. Los locales se bloquearon, quisieron jugar con el reloj, pero contemporizaron en exceso y el Bilbao Basket se les fue echando encima aprovechando sus 7,20 de sequía anotadora. Las apariciones de Recker y Lewis desde 6,25 sirvieron para que los vascos se pusieran por vez primera por delante del marcador 62-63 a 1,35 del final del partido y la clarividencia y los tiros libres de Salgado hicieron el resto.