GARA > Idatzia > Iritzia > Txokotik

Juanjo Basterra Periodista

El amianto condena a muerte a miles de trabajadores

Miles de trabajadores tienen una condena a muerte sobre sus espaldas porque tuvieron la desgracia de tropezar con el amianto en su vida laboral. Sin embargo, no gozan de los mismos privilegios y reconocimiento desde las administraciones públicas. Son muertes de segunda, tercera... o cuarta división.

Las propiedades cancerígenas del mineral innífugo y resistente a elevadas temperaturas se conocían desde el comienzo del pasado siglo, pero su uso, fabricación y comercialización no se prohibió hasta el actual. Los empresarios ni pusieron las medidas adecuadas para la prevención y, en muchos casos, siguen negando, incluso, haber utilizado ese «mineral asesino». Ese trato es miserable.

Recuerdo varios casos en los que algunos afectados explican que su vida se ha truncado en el preciso momento que aventuraban una vida pletórica al llegar a la jubilación. Esperaban a la vida y se han encontrado con que la muerte llama a su puerta. Toman medicamentos para sobrellevar el fuerte dolor y luchan para denunciar lo injusto de esa vida de trabajo sin descanso.

Los empresarios prefirieron enriquecerse a prevenir e invertir en sistemas alternativos de aislamiento de hornos, tube- rías, fibrocemento, etcétera. Una fibra de amianto de un milímetro puede descomponerse en 800.000 microfibras y puede instalarse en el pulmón, la laringe o el estómago de un trabajador durante un largo período de tiempo -entre 15 y 40 años- e ir minando su salud. En muchos casos, se descubre muy tarde por esa acción cancerígena silenciosa que lleva implícita. En Euskal Herria se calcula que entre 8.000 y 10.000 personas fallecerán los próximos años por cáncer debido al amianto, y en Europa llegarán a 500.000 muertes.

Lo más triste es que los afectados o sus familiares tienen que luchar día a día en los juzgados para que, primero, les reconozcan la enfermedad profesional y, segundo, les indemnicen por ese daño físico y moral. Es una lucha desigual, pero necesaria, la que llevan desde la Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi (Asviamie). Desde estas líneas les animo a seguir en pie y exigir esas responsabilidades a los empresarios y al silencio de la Administración. ¡Ánimo!

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo