A pesar de que la diversificación de nombres que se han calzado las txapelas, en cualquiera de sus modalidades, es una de las principales características de la mano en la actualidad, la final del Cuatro y Medio de hoy en el Atano III (18.00, ETB-1) tiene esas reminiscencias de clásico que rememoran grandes finales de épocas pretéritas.

Con sus dos carácteres y formas de jugar tan distintas, la riña empresarial y el inevitable «pique» entre dos números uno de la especialidad, el Aimar Olaizola-Martínez de Irujo de esta tarde trae a la memoria duelos épicos que, cada uno con su idiosincrasia, protagonizaron Gallastegi y Akarregi, Atano X y Azkarate, Retegi II y Galarza III o más recientemente Rubén Beloki y Patxi Eugi.

Con su astucia, serenidad, saber estar en la cancha, inteligencia y calidad, Aimar Olaizola aspira a igualar en el palmarés de la especialidad a Julián Retegi, con lo que se convertiría en el mejor especialista de la jaula, justo en el año en el que menos se lo esperaba. La lesión sufrida en la feria de San Mateo le hizo dudar incluso de su participación en la presente edición, pero poco a poco ha ido ahuyentando esas dudas e incluso se puede decir que ese tener que terminar rápido los partidos le ha llevado a mejorar la precisión de sus remates.

Precisamente las lesiones han sido las únicas capaces de frenar al ciclón de Ibero tras su arrasador estreno en el campo profesional. Distintos problemas han apartado a Juan Martínez de Irujo de esas finales a las que tan acostumbrado estaba en los dos últimos dos años y el de Aspe se presenta en la final con mucha hambre de txapela, que intentará saciar con su pasional y arrollador juego de ritmo, voleas, fuerza y velocidad.

Por si todo lo anterior no fuera suficiente, el cambio de escenario de la final ha creado cierto malestar en el entorno de Juan Martínez de Irujo, que añade el picante necesario para que la cita del Atano III tenga todos los ingredientes necesarios.