«Somos hijos de una nación que sabe lo que es un pogromo. Y digo esto tras mucha reflexión. No tengo forma de describirlo», aseguró el todavía primer ministro israelí, Ehud Olmert, quien tildó así el hecho de que los colonos judíos disparen a árabes en Hebrón.

El jefe de Gobierno en funciones manifestó su esperanza de que «no haya más compasión hacia los alborotadores que hay entre los colonos» e instó al Ministerio de Defensa a «hacer lo necesario, con la fuerza necesaria y en cualquier lugar controlado por el Estado de Israel para detener este fenómeno».

Sus declaraciones se produjeron un día después de que la ONG israelí Btselem difundiera un vídeo en el que se observa a un colono judío disparar a corta distancia contra un grupo de palestinos, durante los disturbios que siguieron al desalojo policial de una casa en Hebrón.

Mientras, ante la cercanía de las elecciones legislativas del 10 de febrero, algunos dirigentes israelíes endurecieron su tono ante los reproches de la oposición de derechas por la tregua con Hamas y por no responder con firmeza a los ataques desde territorio palestino.

La ministra de Exteriores y líder del Kadima, Tzipi Livni, afirmó que Israel «debe responder militar, económica y políticamente» al lanzamiento de cohetes y el número dos del Gabinete, Haim Ramon, consideró que debería tener «las manos libres apara actuar contra Hamas y otras organizaciones terroristas», mientras que Ehud Barak, ministro de Defensa, indicó que la decisión de una operación a gran escala en Gaza debía «sopesarse cuidadosamente antes de ser pedida» y pidió a los ministros que no se dejen implicar en una escalada electoralista.