GARA > Idatzia > Iritzia > De reojo

Raimundo Fitero

Masoquismos

Han decidido muy rápido, pero la miniserie «El castigo», es considerado como el fenómeno televisivo del año que se nos escapa. Los motivos son cuantitativos: ha superado el pasado lunes a uno de los CSI y el martes a GH. Una heroicidad, realmente un suceso, algo que puede entenderse precisamente como un fenómeno y una gran sorpresa., porque se ha batido con dos de los programas de más solvencia en Sofres, que se emiten en Tele 5 desde hace muchos años y que parecían, hasta la fecha, imbatibles.

Quizás haya que señalar que se trata de un trabajo dirigido por Daniel Calpasoro y que recrea unos hechos reales en una suerte de programa educativo para jóvenes muy riguroso, con jóvenes que sufren mucho, por mucho. Es una serie violenta, diríamos que para masoquistas, o para sádicos, según se mire, probablemente para removernos las tripas o donde tengamos la conciencia. Probablemente lo más importante y aleccionador de este fenómeno sobrevenido es que rompe con lo habitual, que demuestra la existencia de un público, incluso mayoritario, que está un poco cansado de ver siempre lo mismo, y que la calidad de la realización, el buen trabajo de los guiones, el reparto bastante adecuado y el tema elegido, así como su entrega en dos sesiones seguidas, abren otras posibilidades de relación con unos públicos televisivos ávidos de nuevas experiencias más consistentes en forma y fondo.

Por cierto, en este ambiente, aparecen las imágenes de la señora Miren Azkarate dándonos un mensaje claro sobre la realidad donde ella reside con impunidad electoral: la mierda. Si hablar de la corrupción en dos de sus faros culturales es remover la mierda, quiere decir que su departamento está formado por programas de mierda. No critico su escatológico lenguaje, muy contundente y nítido en sus significados, que siempre es preferible a sus melifluos comunicados de condena y sus retahílas de lugares comunes para seguir removiéndose en la charca donde dirigen, según ella manifiesta, de la manera tan mierdosa los designios seudo culturales. El lenguaje nos hace y deshace. Y no somos masoquistas señora Azcarate. ¿Y usted?

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo