Ya le concedieron a Rosa Díez su minuto de gloria en el Congreso de los Diputados (español, claro) y el PSOE salió del trance votando en contra de la propuesta de UPyD a la que el PP había añadido sus propias coletillas.

A la vista del fiasco, la prensa de la derechona reaccionó como cabía esperar, aunque cabe destacar la doble reacción exhibida por dos medios del mismo grupo editorial: «Abc» y «El Correo Español».

Según el editorialista de «Abc», «la confianza en el Gobierno se ve mermada por su actitud confusa y esquiva frente a los brazos políticos de ETA y, en concreto, por su resistencia a instar la inaplazable disolución de los ayuntamientos gobernados en solitario por ANV. Ayer, el Gobierno y el PSOE rechazaron la proposición que el partido de Rosa Díez, tras incorporar las enmiendas del PP, había presentado para instar la disolución de estos consistorios». La derecha, con su estilo de siempre.

Más aún, dice el monárquico alcanforado que «con estos gestos de ambigüedad, el Gobierno se pone a sí mismo en el disparadero de la sospecha y la respuesta lógica es desconfiar». Ya empiezan a ponerse pesados con el rumor de una negociación que nadie ve por ninguna parte.

En «El Correo Español», que se supone mantiene la misma línea editorial -aunque distintos lectores- embestían contra «la obcecación etarra», pero matizaban su propuesta al advertir sobre las «iniciativas que han ofrecido dudas en ocasiones de legalidad como las que ahora presenta la propuesta respaldada por el PP y UPyD para aplicar el artículo 61 de la Ley de Bases de Régimen Local y disolver los 42 ayuntamientos vascos y navarros gobernados por ANV». O sea, que no está tan claro.

Frente al desenfreno de su hermano «Abc», el rotativo de Bolueta insistía en lo que puede terminar siendo un bluff: «ni la propuesta de las dos formaciones citadas, ni el compromiso del Gobierno de que reformará la ley para promover la expulsión de ANV de las alcaldías en primavera, pueden soslayar el dudoso encaje legal que tendría la primera iniciativa, los limitados efectos prácticos de la segunda al no poderse ejecutar con carácter retroactivo». ¿En qué quedamos?