Mala gestión y perjuicio para los ciudadanos
El Parlamento de Gasteiz aprobó ayer sendos dictámenes de las comisiones de investigación sobre las irregularidades habidas en en el Museo Guggenheim y relativas al futuro museo Balenciaga. Ambos fraudes han dejado en evidencia la mala gestión del Gobierno de Lakua y la responsabilidad política derivada de esa gestión, por lo que varios grupos de la oposición pidieron la dimisión de la consejera de Cultura, Miren Azkarate.
El dictamen referente al caso Guggenheim fue aprobado por todas las fuerzas políticas excepto por PNV y EB, mientras que el correspondiente al museo Balenciaga fue aprobado por unanimidad. No obstante, no es de recibo que, ante las peticiones de dimisión de la consejera de Cultura por ese caso, el representante del PNV intentara desviar el debate aludiendo a la postura coincidente al respecto de PP y Ezker Abertzalea. Como argumento resulta simplemente absurdo y no denota sino la resistencia a aceptar algo que en política debería ser costumbre y desgraciadamente es excepción. No es de recibo que aun admitiendo las evidentes irregularidades se pretenda eximir de responsabilidades al Gobierno de Lakua y a los directivos ligados al mismo. El dictamen sobre el caso Balenciaga deja constancia, asimismo, de la dejación del Ministerio de Cultura español, algo en lo que ayer unos grupos incidieron y que otros obviaron, en función de unos intereses políticos que a corto plazo pasan por las elecciones autonómicas. En cualquier caso, la existencia de errores ajenos no diluye la de los propios, y la lógica exigencia de responsabilidades donde las haya ha de ser válida para todos.
Es exigible el reconocimiento de esa mala gestión, ahora evidenciada por el Parlamento de Gasteiz, por parte de todas las entidades implicadas en la misma, empezando por las instituciones, con la consiguiente asunción de responsabilidades en unos fraudes de los cuales los grandes perjudicados son los ciudadanos, con quienes sólo se cuenta a la hora de aportar dinero, el mismo dinero que después escapa al control público.