Velasco dice que «un juez extranjero» no puede interpretar «Aurrera bolie»
La Audiencia Nacional española insiste en tratar de conseguir la entrega de Iñaki de Juana Chaos pese a no contar con nuevos elementos en su contra. En un escrito que denota su malestar por la situación, el instructor español Eloy Velasco indica a su colega de Belfast Tom Burgess que «un juez extranjero» no puede valorar si hay delito en expresiones como «Aurrera bolie». Le insta por tanto a autorizar la entrega, por encima de las pautas legales establecidas.
GARA |
El juez de Belfast Tom Burgess ofreció la pasada semana a la Audiencia Nacional española que aporte nuevos datos incriminatorios contra Iñaki de Juana si es que los tiene. Su homólogo español, Eloy Velasco, le contestó ayer notablemente molesto, y evidenció dos cosas: por un lado, que no hay más acusación contra el ex preso donostiarra que la carta supuestamente escrita por él; y por otro, que Madrid quiere forzar la entrega por encima de cualquier precepto legal establecido.
La eurorden sólo puede aplicarse a delitos penados con más de tres años de cárcel, por lo que aun en el caso de que Burgess viera indicios de culpa no sería suficiente la tipificación penal de «enaltecimiento del terrorismo» en el Estado español (dos años) ni menos aún el tipo homólogo de «aliento del terrorismo» de la legislación británica (seis meses). Pese a ello, el juez Velasco emplaza a su colega irlandés a que acepte la entrega de modo que sea Madrid quien decida qué hacer con De Juana.
«Hurtar la causa»
En paralelo, el juez de Madrid le indica al de Belfast que palabras como «Aurrera bolie» (incluidas en la carta atribuida a De Juana) «no se dicen para que las interprete un juez extranjero, sino los asistentes al acto de homenaje en el que el texto se lee, y en donde continúan actos violentos en nombres de supuestas ideas políticas nacionalistas, que perfectamente se pueden defender democráticamente».
Velasco intenta convencer a Burgess de que esa carta supera «la barrera de la libertad de expresión» para «incurrir en una clara inducción a la consecución de objetivos políticos por medios violentos». E incide en que un juez que no sea español no puede calibrar el alcance de la misma porque los términos de la carta «están medidos y precisan de la historia del terrorismo vasco para entenderlos».
«A lo anterior se suma -añade Velasco- el contexto de un acto que corta una calle de una ciudad, que no estaba permitido por las autoridades gubernativas, al que no se deja entrar a la prensa porque se profieren veladas amenazas en caso contrario, y en el que figuran anagramas en pancartas de organiza- ciones terroristas ilegalizadas».
Tras todo esto, Eloy Velasco endurece el tono y espeta a Tom Burgess, en tono de acusación, que «no puede hurtarle» la instrucción de un sumario «que corresponde al juez del Estado en donde se han producido los hechos».