Aunque ya han pasado más de dos meses de la destitución de Ziganda, la marcha del de Larraintzar sigue dando que hablar y fue uno de los temas por los que se le preguntó al presidente rojillo, Pachi Izco, durante la tradicional comida navideña del club con los medios de comunicación.

En un «análisis frío propio», como fue calificado por el máximo dirigente osasunista, «Ziganda no fue capaz de enmendar el rumbo de la nave», fue la explicación a su despido tras la derrota del equipo ante el Racing. «Nunca hemos creído que los cambios de entrenadores sean buenos, pero en este caso lo veíamos necesario», justificó.

Decisiones que, como se vio en su momento, crearon fracturas entre la junta directiva y los responsables técnicos, especialmente con el director deportivo, Juanjo Lorenzo, presente en la despedida de Ziganda y ausente en la comida de ayer. «Está regresando de un viaje de trabajo en el extranjero, buscando jugadores», manifestó entre sonrisas el presidente, quien negó que su relación con el cuadro técnico «se haya resentido, al contrario, hay una sintonía perfecta».

Precisamente de las posibles incorporaciones que pueda realizar la escuadra navarra de cara al año entrante también fue interpelado Izco, aunque su mensaje fue un tanto confuso. «El mercado se abre el día 1 de enero y, si hay ocasión de mejorar, cosa difícil, se optará a ello. Puede haber novedades tanto en las entradas como en las salidas, el cuadro técnico está trabajando en ello y seguro que algo habrá», comentó.

Unos cambios siempre pensando en tratar de mejorar el bajo rendimiento ofrecido hasta ahora por un conjunto, cuyo devenir ha estado marcado, a juicio de Izco, por el mal juego, la poca suerte y errores arbitrales.

En el primer apartado, admitió que los rojillos «han jugado partidos malos, pero hay tiempo para corregir». En cuanto al segundo, insistió en que «no hemos tenido fortuna en muchos encuentros, como el último en Huelva, y la suerte nos debe algo y nos lo pagará en la segunda vuelta». En referencia a las actuaciones de los trencillas, reveló que el año pasado el colectivo arbitral «reconoció que se había equivocado con nosotros, pero no nos han devuelto nada».

Como no podía ser menos en estas fechas, apeló a la unión entre todos los agentes implicados con la entidad rojilla «para remar en la misma dirección porque así estoy convencido que Osasuna se salvará. Existen muchas posibilidades de sumar los puntos necesarios, que deben ser 42, que son los únicos que garantizan la permanencia. La verdad es que no podemos estar tranquilos con 12, pero hay estadísticas que nos dicen que ha habido equipos que se han salvado con esa puntuación».

Los árboles no nos pueden impedir ver el bosque. El magnífico resultado conseguido ante el Getafe invita al optimismo, pero no oculta que los números cosechados por Camacho hasta este domingo han sido incluso peores a los que firmó Ziganda, ese entrenador al que se tuvo que dar puerta «porque era incapaz de enmendar el rumbo de la nave».

Desde luego, oportunidad va a haber de demostrar, y ante rivales de campanillas, si el último 5-2 fue fruto de un buen día o el inicio de una remontada, que el técnico de Cieza ya se aventuró a pronosticar nada más finalizado el encuentro. Si es así, no habrá otra que quitarse la txapela.

Siempre y cuando el murciano siga estando al mando de la escuadra navarra, lo que dependerá del encaje de bolillos al que se va a ver obligada la junta directiva para satisfacer sus demandas en el mercado invernal con una caja más que vacía.