Israel mantenía ayer cerrados todos los puntos de acceso a Gaza, donde reinaba una relativa calma -tres proyectiles y un obús de mortero fueron lanzados al otro lado de la frontera sin daños- al expirar la prórroga de 24 horas de tregua concedida por Hamas a Egipto.

El dirigente Mahmud Zahar mostró la disposición de la formación islamista a renovar los seis meses de calma que vencieron el pasado 19 de diciembre pero con condiciones. «Exigimos a Israel que respete las condiciones de la tregua y concrete sus compromisos, en particular que cese todas las agresiones y que abra los puntos de paso», destacó.

Corroborando esta oferta, los grupos armados de resistencia se comprometieron a abstenerse de lanzar proyectiles y obuses a fin de que la ayuda humanitaria egipcia pudiera llegar por el punto de paso de Kerem Shalom, entre el sur de la Franja de Gaza y Egipto.

Respondían así a la petición personal de Suzanne Mubarak, esposa del presidente egipcio.

Sin embargo, el comandante israelí Peter Lerner aseguró que todos los puntos de paso de Gaza, «incluido el de Kerem Shalom, permanecerán cerrados al menos hasta el miércoles (por hoy)».

«Hamas ya sabe lo que tiene que hacer, detener los tiros si quiere que los palestinos vivan una vida normal», añadió.

Nada dijo de la veintena de palestinos muertos -ningún israelí- en las últimas semanas en ataques israelíes a Gaza.

Interés de las dos partes

Analistas estiman que ni a Hamas ni a Israel les interesa en este momento un estallido general de hostilidades.

Tampoco parece que Israel esté dispuesto a hacer un gesto en plena campaña electoral.