GARA > Idatzia > Iritzia > Editoriala

Pasividad internacional ante la masacre

La segunda jornada de ataques a�reos israel�es contra la franja de Gaza dej� ayer un nuevo reguero de sangre, y son ya m�s de 280 muertos y centenares de heridos los que suma la poblaci�n civil palestina. Adem�s, a medida que transcurr�a la jornada aumentaba la amenaza de una incursi�n terrestre del Ej�rcito jud�o, despu�s de que �ste concentrara numerosos tanques y tropas en la frontera con el territorio ocupado y el Gobierno llamase a filas a 6.500 reservistas. Mientras tanto, en las calles de Gaza, el dolor, la rabia y la impotencia desembocaban en clamor popular de venganza en el transcurso de los funerales por los fallecidos en los bombardeos.

La masacre causada por los misiles israel�es ha provocado numerosas reacciones de la comunidad internacional, que coinciden en reclamar el cese de las hostilidades en la zona en un llamamiento que, no obstante, se esfuerza por situarse en la equidistancia, como si la responsabilidad de lo ocurrido fuese compartida a partes iguales entre israel�es y palestinos. Unas reacciones que, adem�s de instalarse en una indigna tibieza, llegan demasiado tarde y culminan una vergonzosa actitud de pasividad ante la intensa campa�a que la diplomacia jud�a ha estado desarrollando en los �ltimos meses en el �mbito internacional para allanar el camino de la agresi�n masiva que ahora se ha abierto con atroces resultados, y que a�n se desconoce c�mo y cu�ndo se cerrar�.

El pueblo palestino se enfrenta indefenso a una estrategia bien urdida por Israel, que aprovecha su poder econ�mico y su poderosa influencia mundial para transitar con impunidad por la sangrienta senda que abriese Estados Unidos, su eterno aliado, con las invasiones de Irak y Afganist�n. Una estrategia a la que Europa no es en absoluto ajena: no hay que olvidar que la Uni�n Europea incluye desde 2003 a Hamas en la lista de �organizaciones terroristas�, lo que ha proporcionado otra s�lida coartada al Ejecutivo sionista para lanzar sus ataques. Como tampoco lo es la ONU, que en pleno 60 aniversario de la Declaraci�n de los Derechos Humanos demuestra sus f�rreas servidumbres y una recalcitrante incapacidad para resolver un conflicto que dura ya cuatro d�cadas.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo