Ramón Jáuregui, diputado del PSOE, rompió ayer la norma habitual que contempla que ningún dirigente político habla de posibles pactos postelectorales hasta conocer los resultados, y en una entrevista a la agencia Europa Press calificó de «relativamente verosímil» que se produzca un pacto PSOE-PNV, independientemente de quien sea el que obtenga más votos al paso por las urnas.

Jáuregui consideró que esta vez no será el PNV el más votado, y añadió que si el PSE cosecha más escaños en el Parlamento de Gasteiz es verosímil que Patxi López «convoque al PNV a formar un gobierno de coalición». «Si somos el primer partido nos corresponde formar gobierno, y Patxi López le puede ofrecer un pacto de gobierno al PNV, siendo él el lehendakari, que incluya un entendimiento político en Madrid. No me parece descabellada esta hipótesis».

Precisó que no sabe qué respondería el PNV en ese caso, y añadió que «tampoco sé qué dirá el PSE si es el PNV el que le llama a formar gobierno».

¿Pacto PNV-PP?

Tras realizar estas hipótesis, Ramón Jáuregui tildó de «bobadas» que se asegure que PSOE y PNV ya tienen un acuerdo.

Siguiendo con sus elucubraciones, no descartó que en el caso de que el PNV venza y no obtenga mayoría con sus socios habituales -EA, EB y Aralar, en su caso-, pueda ofrecer un acuerdo al PP.

Tampoco descarta otros escenarios, como que Patxi López o Juan José Ibarretxe gobiernen con apoyos externos.

Por encima de todo ello, el diputado alavés subrayó que para él la «cuestión clave» estriba en saber si hay una mayoría abertzale o no. Al hilo de ello, calificó de «miserable» la competencia electoral entre los partidos de este espacio, que en su opinión queda clara en las reticencias a apoyar algunas mociones de censura. Incidió en que no entienden que sí se vaya a aprobar en Azpeitia, tras la muerte de Inazio Uria a manos de ETA, pero no en Arrasate, cuando quien murió fue el ex concejal del PSE Isaías Carrasco.

«Nosotros no creemos que pueda haber discriminación entre uno y otro», dijo Jáuregui, que concluye de todo ello que «los partidos nacionalistas están atravesados por unas divisiones brutales y una competencia electoral bastante mise- rable ante esta situación».