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El pacto entre UPN y PSN resiste hasta mociones de censura

Los concejales de UPN en Ribaforada han renunciado a la militancia para no poner en un brete a Sanz. El PSN se limita a invocar el Pacto Antitransfuguismo... y pelillos a la mar. Tanto unos como otros prefieren saldar este caso acusando a IUN de querer meter entre ambos una cuña que a día de hoy se revela imposible.

Ramón SOLA

Ribaforada, ayuntamiento ribero de casi 4.000 habitantes, se ha convertido en prueba del algodón de la firmeza del pacto entre UPN y PSN. El viernes, los concejales del partido de Miguel Sanz presentaron una moción de censura que apoyará también IUN y que arrebatará la Alcaldía al PSN. Hasta Miguel Sanz afirmó estar preocupado por las repercusiones que pudiera tener esta cuestión, pero José Luis Izco le tranquilizó ayer. El PSN se limitará a denunciar la cuestión en el seno del Pacto Antitransfuguismo de Madrid. La promesa de «estabilidad» dada por Ferraz a Sanz pesa mucho más que un conflicto local. Y que dos. Porque hoy podría ocurrir otro tanto en Cintruénigo, otro consistorio más potente (6.800 habitantes) también en Erribera.

En este caso, el PSN confía en poder retener la vara de mando en la localidad natal de Carlos Chivite, el secretario general fallecido hace nueve meses. La posible moción de censura, que se terminará de decantar hoy, se basa en discrepancias con la gestión del actual alcalde, Adolfo Navascués, pero parece factible que UPN y los independientes de APC permitan colocar en su lugar a otro concejal del PSN. Por contra, Ribaforada está definitivamente perdida para el PSN. La alcaldesa, Edurne Ruiz, será descabalgada bajo la acusación de gobernar excluyendo al resto. Y en su lugar cogerá la vara de mando Nuria Ruiz.

En este caso, los cuatro concejales de UPN han decidido darse de baja en el partido para evitarle problemas a Miguel Sanz, que les había hecho ver que dada su buena relación con el PSN se vería abocado a expulsarles. En otra coyuntura política parece evidente que el PSN habría puesto el grito en el cielo, más aún cuando apenas ha transcurrido una semana desde que sus parlamentarios dieron luz verde por segunda vez a los presupuestos del Gobierno de Sanz. Pero nada de eso. El secretario general, Roberto Jiménez, permanece callado. Y el secretario de Organización, José Luis Izco, habitualmente su portavoz más agresivo, compareció ayer en tono relajado. Dijo que la moción de censura de Ribaforada es «injustificada», lógicamente, pero se limitará a invocar el pacto antitransfuguismo.

UPN, por tanto, saldrá de rositas... y con una alcaldía más, o dos, en la Ribera, el principal feudo del PSN. En su comparecencia de ayer, Izco fue mucho más crítico con IUN -le acusó de «agresión»- que con UPN. No deja de extrañar que la dirección de IUN haya respaldado a sus tres concejales en Ribaforada, permitiendo que se alineen con UPN y afirmando que simplemente han hecho uso de su autonomía para decidir. Hay quien acusa a este partido de haber querido meter una cuña en el pacto UPN-PSN. Una cuña que, visto lo visto, resulta imposible.

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